1. El estigma


    Fecha: 07/06/2019, Categorías: Gays Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... tacones altos lo justo para mirar a Víctor directamente a sus ojos. Sus labios marcados de un rojo intenso pero sin ser estridente, remarcaban sus formas carnosas; y unas suaves sombras resaltaban sus grandes ojos color café claro. Y como toque final, esa cadena de oro en su tobillo izquierdo. Sí, estaba hecha una Venus, una puta de lujo como diría alguno de sus "amigos". Necesitaba impresionarle, aunque no quería saber el porqué.
    
    Al abrir el pómulo de la puerta de salida, noto un ligero temblor en su mano, inhaló aire y salió decidida a obtener respuesta a sus preguntas.
    
    El recuerdo
    
    Víctor, en la cafetería, pide un café bien cargado y un coñac doble, y tras darlo un buen trago al coñac, se mece el cabello y se pregunta, "¿cómo estará Elena?". A su mente le viene su imagen: su pelo castaño ondulado, con esos ojos color café; claros, grandes y luminosos. Esa forma ovalada de su cara con esos pómulos tan marcados y esos labios carnosos, ¡qué bonita era! Siempre le gustaba lucir esas piernas largas con esas falditas y esos pantis que a pelo se las ponía. Se reía de ella, "mucha piernas y pocas tetas". Y en voz baja, mirando la copa, exclamó: “¡Qué cabrón fui contigo!”
    
    La llegada de un avión anunciada por los altavoces lo saca de sus cavilaciones. Palpa con la mano el bolsillo de la chaqueta y extrae un pitillo con un mechero. Con la vista absorta en un letrero luminoso, ve pasar a una limpiadora que con una mopa limpia el suelo, le recuerda a Ana, la amiga de ...
    ... siempre de su hermana: morena con el pelo corto y una cara infantil iluminada por esos pícaros ojos negros. De fácil sonrisa y viciosa mirada, siempre se la ponía dura y era su jinete preferido.
    
    Siempre con esos jerséis y camisas ceñidas para remarcar sus vistosas tetas. Baja estatura, pero lo suplía con esos tacones altos para acentuaban sus nalgas duras que formaban ese culito respingón. ¡Dios, vaya pareja!
    
    Toma un sorbo de café y se recuesta sobre el asiento. Da una profunda calada a su cigarro, no puede evitar que otra vez le venga a la mente los sucesos que desencadenaron la sodomía:
    
    »Fue a casa de Ana, caía la tarde y aparcó la vieja Yamaha enfrente de la casa, y cuando subía un peldaño del pequeño porche; vio luz por el ventanuco del garaje y oyó esos ruidos guturales que despertaron su curiosidad. Al mirar, Dios y qué mazazo se llevó.
    
    »Elena estaba atada, con sus brazos levantados atados con cuerdas a la viga de madera y con una negra venda en los ojos. Su blusa arrojada en el suelo. Ana debía llevar un mono de látex negro tan ceñido que era su segunda piel, me daba la espalda por lo que no me veía. La había subido la faldita y la estaba metiendo mano, posiblemente pajeándola, mientras le susurraba algo al oído. De vez en cuando le daba una palmada en sus glúteos. Elena, gemía, estaba a merced de Ana y desfrutaba de ello.
    
    »Ya en esa época, de Ana se lo podía explicar todo, había visto las miradas lascivas que echaba a Elena; pero de su hermana no lo ...
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