1.- Claudia, mi descubrimiento. - Relatos Eróticos

1.- Claudia, mi descubrimiento.

... interesadamente y de igual manera sonriéndole muy coqueta, él caminó unos pasos más y después regresó muy decidido y ahí comenzaba la “conquista”; después de que mordían el anzuelo con mi sonrisa seguía el poder de mi voz y mis palabras, él mismo decidió invitarme a un restaurante a lo cual yo le dije que era un extraordinaria idea para conocernos un poco mejor; ya en el restaurante me hacia la muy interesada en su plática, pero sin importancia, nada relevante o interesante; en la comida fue exactamente lo mismo pero con otro chico. A fin de cuentas, estaba feliz y contenta pues había comprobado lo que podía hacer con mi linda sonrisa y blanca dentadura. Como toda mujer en ese día también me dediqué a ver ropa en las tiendas; caminé por varios lugares del centro de la ciudad; seguí conociendo a muchos chicos gracias a mi sonrisa y los cuales se creían guapos y conquistadores y yo en mi papel de mujer “caía rendida ante ellos”, a ninguno les di mi número telefónico verdadero, únicamente quería confirmar lo que ya sabía; además también ya era vanidad pues sentía muy lindo ser admirada y deseada.
En todo el día mi teléfono timbró varias veces, me hablaron varios chicos excepto Julián, el cual pensé que sería el primero que me hablaría, ya que la noche anterior la habíamos pasado muy bien; en cada llamada que entraba deseaba que fuera él, de hecho pospuse varias citas para otros días pensando que en cualquier momento me llamaría él y tendríamos una cita; no sé por qué recordaba ...

... a Julián, tal vez por la forma en que me trató como mujer, además era más divertido y congruente en sus pláticas, era definitivamente más interesante que todos estos chicos que había conocido en este día; me consolaba pensando en que no era el único hombre y que mi fantasía la podía realizar con cualquier otro chico; traté de olvidarlo pero no pude y no podía sacar de mi mente esas imágenes de la cena que tuve con él, ya que reí mucho. 
Pero bueno había más tiempo y me decidí esperar un poco más y si no me marcaba él yo lo haría. Pero no hubo necesidad de hacerlo pues si me habló y lo que sucedió entre nosotros es algo que les contaré en el próximo relato. 
Por lo tanto, ese día seguí disfrutando de mi personalidad como mujer; seguí paseándome por las calles de la cd de México; ya estaba haciéndose de noche y me empecé a sentirme algo cachonda, deseaba llegar algo más, además ya estaba segura que cualquier hombre estaría dispuesto a cumplir mis caprichos, a la vez no me animaba y traté de controlarme;  lo último que hice en el día fue cenar con un chico de más edad que los anteriores, le calculé como unos 35 años, yo quería platicar con alguien más maduro; él me simpatizó mucho; también a él le apliqué el poder de mi coqueta sonrisa; después de las presentaciones me invito a cenar a un restaurante; Darío es su nombre, él si tenía una plática interesante y era más listo e inteligente que los otros chicos, con él me sentía mas cómoda e interesada en su plática; ya estábamos ...