1.- Claudia, mi descubrimiento. - Relatos Eróticos

1.- Claudia, mi descubrimiento.

... había sido muy grato haberlo conocido y así como le sonreí para llamar su atención le di la espalda y entré al estacionamiento y pedí mi coche, no tardaron mucho y me lo entregaron; sonriente le agradecí al chico que me lo entregó  y de la misma manera en que me bajé del auto les di un bello espectáculo a los ahí presentes. Me fui directo a mi hotel pues ya era algo tarde y quería descansar pues deseaba seguir el domingo de esa misma manera; estaba satisfecha de como pasé ese sábado. Llegando al hotel tomé una ducha con agua muy caliente para así poder descansar, me puse mi babydoll y me dispuse a dormir, estaba satisfecha por todo lo logrado ese día. Dormí unas cuantas horas; eran como las 7:30 am del día domingo cuando desperté debido a que mi teléfono no dejaba de sonar porque entraban llamadas y mensajes de los chicos que había conocido la noche anterior; algunos únicamente me saludaban, otros me invitaban a salir, no acepté las invitaciones pues me parecieron muy infantiles; era tiempo de conocer a otro tipo de personas. Me levanté y me miré al espejo y lucía igual de linda con mi babydoll, mi maquillaje aun resaltaba seguía igual de linda; me bañé y nuevamente me arreglé como lo había hecho el día anterior, ahora ya lo pude hacer más rápido y me hice un maquillaje de día, además ya no tuve necesidad de pintarme las uñas; tenía todo el domingo para seguir siendo una linda mujercita; ese día no me puse ni medias ni ligueros, únicamente un sostén, una tanga y las ...

... zapatillas; elegí el vestido más discreto que tenía, era de color negro sin mangas y sin ningún tipo de escote, de largo me llegaba a la mitad de las pantorrillas, aun así mi cuerpo se veía elegante, tentador y muy hermoso; entonces me di cuenta que no necesitaba usar ropa corta y escotada para verme bella y llamar la atención, pero es que realmente a mí me gustaba ser sexy y sensual, me encantaba presumir mis senos y mis piernas. El sábado pude comprobar que no había ya ninguna duda sobre mi nueva y bella personalidad y este domingo me dedicaría comprobar el poder que tenía mi sensual sonrisa sobre los hombres; mi tentador cuerpo definitivamente era la atracción de las miradas de los hombres, pero mi sonrisa era una invitación a acercarse a mí y “conquistarme”. Salí de mi habitación y respiré profundamente, en esta ocasión me fui en taxi pues ese día es muy difícil encontrar un estacionamiento en el centro de la ciudad. Sabía que ese día tendría desayuno, comida y cena gratis, bastaba lanzar una sonrisa y tendría a el hombre elegido ante mí para hacerlo creer que me “conquistaba”. Llegué justamente al centro de la ciudad, en esta ocasión no pude mostrar mis piernas al bajarme del auto por lo largo de mi vestido; inmediatamente comencé a ver los aparadores de las tiendas de ropa y de reojo vi que se acercaba un chico al cual voltee a verlo y le sonreí, pasó detrás de mí y pude ver por el vidrio que ya me había barrido con la mirada todo mi cuerpo, giré la cabeza buscándolo ...