1. 1.- Claudia, mi descubrimiento.


    Fecha: 29/12/2021, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Claudia, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... subí a la azotea, sentí una brisa fresca que paradójicamente aumentó la calentura de mi cuerpo. Observé que en el tendedero de mi vecina estaban colgados varios de sus vestidos, por alguna razón no los retiró esa noche después de haberlos dejado secar. No sé por qué tomé la decisión de brincarme a su azotea y tomar “prestado” uno de sus vestidos. Tomé uno que me gustaba mucho y que ya se lo había visto puesto algunas veces, era color blanco con adornos de florecitas, de tirantes en los hombros y un cierre en la parte de la espalda; lo quité del tendedero y me pasé nuevamente a la azotea de mí casa; ya con el vestido de mi vecina en mis manos me fui a mi habitación. Yo estaba algo excitada y comencé a frotar su vestido en mi cuerpo, me hacia la idea que a quien tenía era a ella, lo pasé por mis órganos sexuales, lo frotaba en todo mi cuerpo y sentía algo que nunca había experimentado, era algo extrañamente delicioso, un calor por dentro del cuerpo, que no me explicaba por qué estaba así;  pasaba algo extraño dentro de mí y sin siquiera pensarlo me puse el vestido, era un deseo muy grande de sentirme dentro de esa hermosa prenda, quería saber que sentía mi vecina cuando estaba dentro de el;  no pude contenerme y así lo hice. En la intimidad de mi habitación me paré frente a un espejo que yo tenía; el vestido me quedaba a la perfección, se me veía incluso mejor que a mi vecina; por mi estatura el vestido me llegaba a la mitad de los muslos; completamente excitada caminaba de un ...
    ... lado a otro para ver como lucía mi cuerpo con ese lindo vestido de mi vecinita; yo no tenía zapatillas para realzar más mi figura, pero levantaba los talones como si los tuviera y pude notar que las piernas se me torneaban muy lindas; me gustaba como me veía con ese lindo vestido, sentía una sensación muy hermosa al tener puesto el vestido de mi vecina; el calor interno de mi cuerpo aumentó a tal grado que de solo tocarme por encima del vestido sentía que me temblaban las piernas y algo extraño sucedía en mis órganos sexuales; con las manos tocaba todo mi cuerpo a través del vestido hasta lograr satisfacerme completamente. 
    Desde ese entonces fue una práctica que llevé a cabo por muchas noches y cada vez que veía ropa de mi vecina colgada en su tendedero. La obsesión por sentirme y verme como mi vecina creció más y más. Llegué a probarme todos sus vestidos; Nunca tomé “prestada” su ropa interior pues en verdad mi vecina tenía muy malos gustos. 
    No siempre podía tener los vestidos de mi vecina y muchas veces me quedaba con las ganas, hasta por varios días, eso me llenaba de frustración y de coraje. Con unos ahorros que tenía acudí a un lugar muy famoso que está casi cerca del centro de la ciudad; la mayoría de esos puestos están en la calle, ahí venden muchas cosas pero predomina la venta de ropa; ahí compré mi primer vestido, lo vi puesto en un maniquí y pude ver que era con los hombros descubiertos, levemente escotado y un poco corto, con una abertura en la parte de atrás; ...
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