1.- Claudia, mi descubrimiento. - Relatos Eróticos

1.- Claudia, mi descubrimiento.

... muslos y casi hasta el inicio de mis nalgas, se marcaban mis pezones a través del vestido, mi cuerpo era una invitación a la perversión y a la lujuria; anteriormente en el estacionamiento algunos hombres que pasaron a mí lado ya me habían dicho algunos piropos refiriéndose a mí como “sabrosa”. Me probé los vestidos y francamente ya no me los compré pues si con ropa discreta llamaba mucho la atención con estos parecía una verdadera puta. Lo que si me compré fue un babydoll y le pregunté a la chica que atendía si este me lo podía probar a lo que ella contesto que no se podía por cuestiones de higiene y agregó que con el cuerpazo que yo tenía seguramente me quedaría muy bien; yo tenía la sonrisa de oreja a oreja, llena de alegría pues estaba confirmando que mi fantasía pasaba a ser una realidad. Lo pagué y le di las gracias a la chica; quería comprarme una bolsa de mano y me acerqué a la sección donde las vendían y compré una; después me dirigí a la parte donde vendían perfumes y le dije sonriendo a la chica que me vendiera uno: -según tu experiencia, ¿qué perfume me recomiendas que tan solo con olerlo los hombres caigan rendidos a mis pies?, - ella soltó una carcajada y me dijo: –¡ay amiga tu no necesitas de eso!, te he estado observando y mira tienes a los hombres babeando por ti; y si, si era verdad me di cuenta que varios chicos no me quitaban la mirada. Terminé comprándole un perfume que según ella era muy fino y sofisticado y efectivamente olía muy rico; a ella misma le ...

... pregunté por unos aretes y me ofreció unos de aro, los cuales me parecieron que combinaban con mi vestido y mi maquillaje; pagué y le agradecí sus atenciones. Me dirigí al baño de mujeres para ponerme los aretes y aplicarme un poco de perfume y checar mi maquillaje, por fin podía entrar a un baño dedicado únicamente a mujeres sin que nadie me dijera algo; cuando estuve ahí pude notar que las chicas me veían de pies a cabeza, no sé si por envidia o algo se me veía mal, a fin de cuentas no hice mucho caso y me miré al espejo para ver si mi maquillaje necesitaba algún retoque, saqué mi polvera e hice como que me ponía un poco; después me puse perfume en la parte trasera de mis orejas y en el cuello. Salí inmediatamente del baño, comencé a caminar sin prisa por los pasillos del centro comercial con la satisfacción de lo bien que me veía; tenía la seguridad de que llamaba la atención de muchos hombres; me dirigí al restaurante vips que estaba también en esa plaza comercial. Al llegar vi que estaba a reventar y yo ya tenía mucha hambre pues no me había dado tiempo de comer, le pregunté a la recepcionista si había lugar y me dijo que había reservaciones hasta por 2 horas.  Así que decidí buscar otro lugar en donde poder comer; me dirigí al estacionamiento y me metí a mi coche de tal manera que cuando lo hice el vestido se me subió “descuidadamente” hasta muy arriba de mis muslos, así dejé mi vestido pues me gustaba verme así, me llenaba de excitación ver como mis pies lucían al pisar ...