Viernes, 12 de julio de 2019
Fecha: 26/02/2023,
Categorías:
Gays
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... que disfrutarías de un buen masaje, así que te regalo esto por tu cumpleaños. Puedes ir cuando quieras.
Bueno, como me gustan los masajes, qué más da que se llame así o de otra manera, con que me toquen y me hagan pasar un rato agradable, me basta. Pensé que esto sería bueno. Pero las malditas ocupaciones me hicieron olvidar la recomendación durante varias semanas. Volvió Alfredo en otro viaje a ver a su padre con la idea de quedarse a trabajar en los negocios familiares. Ya se hizo un hueco en su casa, donde estaba solo su padre y nos comunicábamos más por teléfono. Una noche sonó mi móvil y era Alfredo:
— ¿Ya concertaste una cita con Getulio?
— No, todavía no —le dije—, he estado ocupado, mejor te soy sincero, se me había olvidado.
— Debes hacer esa cita mañana a primera hora. ¡Te alegrarás de haberlo hecho!, —dijo Alfredo.
Tomé nota en la agenda y al día siguiente en la mañana llamé al número que aparece en la tarjeta. Respondió una voz áspera, grave y muy baja:
— ¿Qué se le ofrece?
— Buenos días, oiga que tengo un bono para una hora de masaje y necesito hacer una cita, —le dije a la voz como respuesta.
— ¿Su nombre, por favor?, —preguntó la voz.
— Soy Janpaul, —respondí.
— Jeanpaul, mucho gusto, soy Getulio, el que te dará tu masaje; por cierto eres amigo de Alfredo, ¿no?
— Sí, sí, algo más que amigo, —respondí.
Me quedé muy sorprendido. ¿Cómo podía saber quién era yo?, ¿tanta memoria tiene este tipo? Buena impresión debe de haberle ...
... dado Alfredo, tiene una memoria increíble o pocos clientes para que recordara que yo era amigo de Alfredo. Esto es lo que pensaba mientras oía cuchicheos por el teléfono:
— Anotado, Jeanpaul, aunque tu bono es para una hora, estamos haciendo un especial de ‘Dos por Uno'. Por cada hora que reserves, tendrás una hora gratis. Es bueno para los bonos que la gente adquiere para regalar, así que recibirás un masaje de dos horas. ¿Qué tal mañana sobre las 5 de la tarde? Terminaremos hacia las 7. ¿Te va bien?, — preguntó Getulio.
— Perfecto, a esas horas no tengo nada que hacer, me va de puta madre, —respondí.
Al día siguiente, ya estaba yo totalmente deseoso, porque me encantan los masajes, me relajan mucho. Algunas veces incluso me he quedado dormido de tan relajado que estaba. En esta ocasión era de puta madre, porque ese día no regresaba al trabajo, solo iría a casa para tomar un baño relajante e irme a dormir.
Llegué a la clínica de masajes de Getulio. Al recibirme, me saludó muy efusivamente. El tal Getulio es un hombre de color, de raza negra, muy fornido, extremadamente musculoso, iba con camiseta súper ajustada y se le notaba todo el cuerpo como si transparentara. ¡Qué putada de abdominales! Ni que decir que este tío está buenazo. Me dijo que la recepcionista se había ido a casa porque yo era el último cliente del día, motivo por el que cerraría la puerta con llave para que nadie entrara, ya que estaría en la sala de masajes conmigo y no podría atender a quien fuese ...