Madre exhibicionista
Fecha: 20/10/2022,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... ropa- se trataba más de una extraña ocurrencia de mi desbocada imaginación que de algo real.
Mi madre, viéndome tan sofocado y confundido, y tras pasarme cariñosamente una mano por la cabeza, añadió:
- Tranquilízate, no has hecho nada malo. Si acaso he sido yo la que se ha dejado llevar…. –creí percibir cierta duda o arrepentimiento en su tono de voz, puede que ver mi estado perturbado y aparentemente incomodo alertara su instinto protector maternal, y estuviera empezando a creer que no debía haberse comportado así, y mucho menos haberme confiado aquel secreto tan delicado. - Sólo pretendía darte una alegría… me preocupa tu excesiva timidez y solo deseaba que disfrutases…. Ya que de otra forma no puedes… Pero si esto te molesta… Eres mi hijo y nunca haría nada que te incomodase……
- ¿Molestarme? ¡Qué va! ¡Por fin he podido ver algo! – Respondí alborozado de forma instintiva, haciendo que mi madre volviera a sonreír. -
- Ja, ja, ja. Igual me lo había imaginado. Con la sesión de mirar que te has dado hoy, seguro que todavía estás empalmado.
- ¡Mamá! –Exclamé avergonzado-
- ¿No? Levántate del sofá si te atreves.
- No… es que…
- Anda, no seas tonto. Levántate, que soy tu madre y no me voy a asustar.
Colorado como un tomate, e instado por mi madre, me levanté del sofá, percatándose inmediatamente de la enorme erección que abultaba mi pantalón, cosa que disipó cualquier duda sobre la incomodidad de pudiera provocarme aquel juego.
- ja, ja, ja. ¿Ves ...
... cómo te conozco? No puedes ni imaginar la cara que ponías cuando mirabas entre mis piernas.
- ¿Yo?
- Si, tu. Menos mal que mis amigas no se han dado cuenta, te faltaba babear.
- Bueno… es que… nunca había tenido oportunidad de mirar tanto. –Contesté soslayando la atracción incestuosa. -
- Ja, ja, ja. ¿Y ahora qué? –Dijo señalando mi erección. -
- ¿…?
- Tendrás que hacer algo con “eso” ¿no? –Una enorme sonrisa iluminaba su rostro. -
- Pero… -contesté sin saber que decir, intuyendo que me estaba invitando a masturbarme, temiendo tener que desnudarme en su presencia, cuando hacía años que, timoratamente, hasta cerraba con pestillo el cuarto de baño para ducharme. -
- ¿No me iras a decir ahora que necesitas mirarme más para masturbarte? ¿Es que no has tenido bastante ya?
- Bueno… es que me da vergüenza…. ¿aquí? ¿delante de ti?... si por lo menos tú te desnudaras también… -jamás pensé que hubiera sido capaz de decir aquello, pero la excitación estaba derrumbando mi timidez por completo. -
- Pues menos mal que eras tímido. Ja, ja, ja. Está bien, te voy a dar el gusto, pero solo mirar, ni se te ocurra acercarte a mí y mucho menos salpicarme. –Su rostro denotaba la lucha entre el irrefrenable deseo de volver a exhibirse ante mí, y la inconveniencia de traspasar los límites de la relación materno-filial, decantándose por la primera opción. -
Embobado, con los ojos abiertos como platos, y el corazón latiéndome de forma feroz, observé como, mi madre, sin ...