1. Madre exhibicionista


    Fecha: 20/10/2022, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... dejar de mirarme a la cara, se deshizo del vestido de forma lenta y sugerente.
    
    Sus braguitas blancas, tan ajustadas a las caderas como una segunda piel, resplandecían contrastando con el sonrojado tono de su piel.
    
    Sus pechos, de pequeño tamaño, aparentaban no necesitar del sujetador a juego para mantenerse tan erguidos como atalayas.
    
    Mis ojos la devoraban lascivamente sin poder apartarse del abultamiento del sexo que se dejaba entrever bajo el contorno de las braguitas.
    
    - Respira hijo mío, que te has quedado pasmado, me asustas.
    
    - Uffff. Es que estás muy guapa… -Dije sin poder apartar la vista del abultamiento de su sexo. -
    
    - Ya veo que te gusta, sí, pero acuérdate de respirar que puede darte algo. Ja, ja, ja.
    
    Enormemente excitado, y olvidando por completo cualquier reparo al tabú incestuoso, devoré con la mirada su cuerpo durante unos minutos, ayudándome el hecho de que se diera la vuelta viarias veces, exhibiendo un trasero, aunque algo voluminoso, tan excitante como el resto de su cuerpo.
    
    - ¿Qué?, ¿no te animas?
    
    - ¿…?
    
    - Tendrás que quitarte los pantalones si quieres desfogarte, te vas a poner malo de tanto aguantar… -Su rostro manifestaba un enorme interés en saber hasta qué punto me excitaba mirarla. -
    
    La excesiva timidez que me caracterizaba, habría provocado del hecho de desnudarme en su presencia –y más, en estado de erección- una barrera insalvable, pero la enorme excitación que me provocaba el semidesnudo cuerpo de mi madre, y la ...
    ... complicidad que irradiaba su rostro, lograron vencer la misma.
    
    Azorado y con las manos temblorosas, me deshice de los pantalones ante la atenta mirada de mi madre, la cual aparentaba encontrarse expectante por conocer el tamaño y el vigor de mi erección. - .
    
    - Ufff, ¡vas a reventar el slip! ¿Eso es en mi honor?
    
    - Si… si… Es que estás muy buena, mamá. –Dije intentado ocultar tímidamente la erección con las manos y agachando la cabeza. -
    
    - Anda, quítate el slip que yo te vea. No seas tonto, estamos en casa y no nos puede ver nadie… ¿te va a dar vergüenza de mí?
    
    Sin casi atreverme a mirarla a la cara, me deshice del mismo, dejando a la vista una polla tan erecta como el mástil de una bandera, provocando una exclamación de sorpresa en mi madre.
    
    - ¡¡¡Halaaaaa!!!! Nunca hubiera imaginado que la tuvieras ya tan grande, y… menuda pelambrera. Ja, ja, ja. A mí no te acerques así que das miedo, ya sabes que solo mirar, puedes disfrutar de la forma que quieras, pero… a mí ni acercarte con eso tan duro. Ja, ja, ja.
    
    - Ufff…. me da vergüenza… no sé si…
    
    - Tranquilo, es nuestro secreto, solo es un juego, tu disfruta que a mí no me importa verte así. ¿Es que dejé de quererte cuando supe que te masturbabas con mis braguitas? Pues ahora es lo mismo. Nadie puede vernos.
    
    A pesar de mi edad e inexperiencia, empecé a comprender hasta qué punto, el exhibicionismo de mi madre, lejos de ser una simple tendencia morbosa, se trataba de una atracción irrefrenable que había sido ...
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