1. La suerte ayuda


    Fecha: 20/10/2022, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... de rasgos finos y elegantes, con ojos oscuros llamativos, nariz recta de pequeño tamaño y una boca también pequeña de finos labios rojizos.
    
    Desnuda gana mucho, primero porque se hacen evidentes sus bonitas curvas, y segundo porque tiene un cutis y una piel preciosos, de un bonito tono moreno natural, suave, sin mancha ni marca alguna. Hombros bonitos que enseguida ponen de manifiesto unas tetas pequeñas, de tamaño perfecto para su cuerpo, altas, duras, más bien picudas, llevando en el extremo pezones alargados, del mismo color rojizo que los labios de su boca, casi sin areolas visibles, granuladas. Musculada sin marcar en exceso —dice que es genético, nunca ha pisado un gimnasio— tras un bonito achinado ombligo, muy grande, llamativo, y la estrecha alta cintura, se centra la atención en la pequeña rizada mata de vello púbico castaño, más bien rojo, que apenas oculta el abultado sexo, siempre mojado y brillante. Los muslos son bonitos, fuertes, en consonancia con las largas y altas piernas perfectamente delineadas. Caderas amplias, redondas, cobijando un culo del que se puede decir es una bonita ancha pera, con una raja muy fina, rojiza, que parece querer destapar en su final el pequeño arrugado ano y los labios vaginales, del mismo tono que los pezones o los labios de la boca, que se ven desde atrás accesibles, descarados, llamando a ser penetrados. Está buena, sí señor.
    
    Me desnuda —me gusta desnudar a los tíos que me ponen cachonda— sin prisas, besando cada parte de ...
    ... mi cuerpo que va descubriendo, dejando para el final el quitarme el pequeño slip granate tipo tanga que llevo puesto. Antes, con la mano derecha acaricia y aprieta mi paquete mientras se centra en comerse mis pezones, para bajar después besando y lamiendo por el estómago y el vientre. Llega el momento de liberar la polla y los huevos, para lo que se pone en cuclillas —vaya pollón, cómo me gusta— e inmediatamente besa varias veces, como dando suaves piquitos, el tronco y el capullo del ya crecido rabo. Acaricia con mano experta los huevos, los aprieta varias veces, se pone un poco de lado para ver mi culo, al que da algunos sonoros azotes, antes de volver a ocuparse de la polla, metiéndola en su boca, chupando con muchas ganas, saboreándola, mamando el glande y comenzando a mover su mano de manera acompasada a lo largo de la tranca, descubriendo el capullo para ensalivarlo más todavía y dándose un verdadero atracón durante varios minutos en los que tengo que controlarme para no dejarme ir en busca de mi orgasmo.
    
    Hago que se ponga a cuatro patas sobre la gran cama del dormitorio, con las rodillas juntas, la cabeza apoyada sobre el colchón, de manera que su culo se hace más evidente, se ensancha, se pone tenso, totalmente apetecible para mí. Según se lo acaricio y beso —a todas les encanta que les meta la lengua bien dentro del culo, muchas veces, muy suave, con mucha saliva, repitiendo durante mucho rato— no puedo evitar preguntarle si le molestan los insultos, algo que ya le ...
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