1. La suerte ayuda


    Fecha: 20/10/2022, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Yo no sé vosotros, pero a mí me pone bien, pero bien, decirle a una mujer lo puta que es según me la estoy tirando, si me sale en el momento, que no es que sea una necesidad para mí. Es lo que se llama valor añadido, primero, que me excito más y mejor, segundo, que estoy convencido que mis orgasmos son mejores, más sentidos, más largos, tercero, estoy seguro que ellas también se ponen más cachondas, porque me parece a mí que en el fondo a todas les gusta y excita sentirse algo putas, o mucho, porque hay de todo según en qué momento, y algunas se ponen como perras salidas cuando se lo dices.
    
    Bueno, pues a mi novia Amparo le ha dado por decir que es una falta de respeto, que no la valoro como mujer, sólo como objeto sexual, que no tengo en cuenta sus necesidades y sólo busco mi placer, que sólo la quiero por el gusto que me da, que me comporto como un cerdo, y cosas por el estilo, haciendo énfasis en que soy un machista. Vaya manera de comerse el coco, no sé por qué razón hay que separar lo mucho que me gusta y la quiero del hecho de ponerme como un verraco gracias a ella, a lo buena que está, a lo bien que nos lo montamos juntos y, dentro de todo ello, en el total de lo que es una relación entre dos adultos que se quieren, en el conjunto de lo que vivimos ambos como pareja, el sexo es importante y, digo yo, se trata de buscar —y encontrar— aquello que más nos excita, nos satisface y mayor placer nos proporciona, dentro del respeto personal, por supuesto, pero hay que ...
    ... entenderlo de manera que no son más que palabras, no tienen más sentido que la excitación del momento, es añadirle un poquito de gasolina al fuego encendido, por mi parte no hay más detrás de ello.
    
    Pues verdes las han segao, ella emperrada en que no la valoro como mujer —pero coño, si estoy con ella será por algo, además, conmigo tiene unas corridas de la hostia cuando follamos, acaso no es importante, ¿no hay que valorarlo todo?— y desde hace tres domingos no quiere tener sexo conmigo. Que se lo tiene que pensar, que no sabe si está completamente segura de nuestra relación, que se siente utilizada sexualmente. ¡Joder!, ya se pasa.
    
    Os cuento que Amparo es una mujer de bandera, alta, delgada, muy morena de pelo, es atractiva, está muy bien, aunque quizás no resulte especialmente llamativa hasta que la miras dos veces y te fijas en el cuerpazo que tiene y lo buena que está. De veintinueve años —yo tengo cuatro más— resulta turbadora con sus ojos gris azulados muy claros, en evidente contraste con las cejas anchas y negras, igual que el brillante cabello —a menudo dice que es de color ala de cuervo— que casi siempre lleva en media melena levemente ondulada, hasta llegar a los hombros, peinada con raya al medio. Su rostro es de rasgos duros, con los pómulos bastante marcados, al igual que las mandíbulas, orejas alargadas, nariz un poco grande, boca recta con labios anchos. A mí me parece guapísima.
    
    Toda su piel es bastante blanca, aunque pasa muchas horas bajo los rayos UVA ...
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