1. La suerte ayuda


    Fecha: 20/10/2022, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... espera
    
    No quiero esperar, tengo la polla tiesa y dura como el mango de una pala. Me arrodillo y subo hasta poner su coño a mi alcance, me ayudo con la mano derecha e introduzco el rabo sin mayor esfuerzo en el empapado chocho, pasando a sujetarme con las dos manos en las caderas de Irene. Tras tomar posesión plena del coño, sabiéndome en terreno totalmente conocido, moviéndome dentro a derecha e izquierda, comienzo un metisaca tranquilo, no demasiado rápido, profundo, llegando todo lo que puedo, en ocasiones sacando la polla entera y volviéndola a meter, sintiendo la humedad, la suavidad, el calor, la presión de las paredes de la vagina. Irene se ha vuelto a poner cachonda, como le pasa siempre, y ya me acompaña en la follada adelante y atrás, acompasando su movimiento al mío, al ritmo que poco a poco voy incrementando, sujetándose con sus manos a mis brazos, suspirando, gimiendo, dando grititos que van subiendo de tono según se nota más excitada. A mí me queda poco, ya tengo esa sensación especial que comienza en algún lugar indeterminado de la columna vertebral, continúa por el culo, pasa a la próstata, recorre un camino que parece bastante largo hasta llegar a los testículos, se traspasa al interior de la polla, al comienzo de la tranca, y lentamente parece subir en dirección al capullo. Me asaltan las ganas de hablar.
    
    —Qué bien follas, mujer; qué golfa más guarra; eres la más puta, la mejor de todas
    
    Irene se corre dando un largo grito, en voz alta, durante el ...
    ... tiempo que dura me moja como si fuera una fuente de oleosos jugos, mientras que su coño abraza con más fuerza mi polla, le da pellizquitos incontrolados, suaves la mayoría y alguno más fuerte, así que ya no aguanto más, eyaculo sintiéndome el rey del mambo, con una sensación de alegría, de liberación, de descanso ante el agobio previo, que me deja cansado y derrotado durante un buen rato, acostado a su lado en la cama.
    
    —Vengo a ver a mi familia muy a gusto, pero tus polvos son los que me hacen salir de Almería, cómo me gustas, cabrón
    
    No me digáis que no es como para sentirse contento, satisfecho, con el ego crecido. Pues así pasamos la mayoría de los diez o doce días que Irene suele permanecer en Madrid.
    
    —Lo he pensado un poco últimamente y quiero que me presentes a tu amiga Maite. Tengo curiosidad por saber si me puede gustar el sexo con una mujer y un hombre a la vez, bueno, contigo. ¿Crees que le puedo gustar?
    
    Que se puede contestar salvo darle un beso e intentar excitarle de nuevo. No resulta muy difícil.
    
    He dejado pasar medio año desde que empecé a confesar aquí mi situación sentimental y sexual. Las cosas han cambiado un poco, ya no estamos juntos Amparo y yo, tampoco vivo en Madrid.
    
    Es viernes, alrededor de las nueve de la noche estoy esperando en el coche a Amparo, aparcado en segunda fila, molestando porque hay mucho tráfico, apenas nos podemos saludar cuando se sube al automóvil, me da un suave beso e inmediatamente dice:
    
    —Vamos a tu piso, estoy ...
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