Silvana y Alejandro
Fecha: 14/10/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: campillo, Fuente: CuentoRelatos
... las tetas mientras yo, desesperadamente buscaba su boca. Me besó profundamente hurgándome con su lengua y luego me separó para preguntarme:
-¿Has chupado la pija de tu marido? ¿has hecho sexo anal? ¿Con cuántos has cogido?-. Avergonzada de mi inexperiencia y mi torpeza, yo iba respondiendo cada una de sus preguntas con una negativa, le confesé que sólo había cogido con mi marido y que ni hablar de sexo anal o mamadas. No sabía de qué se trataba. José tomó la palabra nuevamente y dijo con decisión:
-Ok, le pondremos solución. Empecemos por la mamada: sácame la pija.- Obediente, lo desprendí y saqué esa pija que no me cabía en las manos. Yo no había visto otra que la de mi marido; esta no tenía nada que ver, aquella era educada, mensurada, formal si puede decirse. Esta era un trozo grueso y largo, salvaje y agresivo, algo novedoso y desconocido para mi que ya estaba ardiendo y no sabía por qué.
-Metétela en la boca y chupala- me ordenó, la miré un poco asombrada de su pedido, no había hecho eso nunca, ni había visto una pija de su tamaño y grosor y sin más lo hice, la tomé entre mis inocentes labios, que jamás habían tenido una pija entre ellos. Tenía la preocupación de hacerlo bien, que le satisficiera, que me entrara, que me aprobara. Creía que no me iba a entrar, por su tamaño, pero pude, entró y se la chupé con deleite, acariciándola con la lengua. No se cuánto demoró, pero su pija comenzó a convulsionarse y me echó en la boca una cantidad increíble de semen, que ...
... me atoró, no pude tragar en su totalidad, tosí y me salió por la nariz. Pero me lo tragué a todo. Era mi primera vez que había mamado una pija y me había tragado una volcada. Me enderecé, esperando su aprobación, pero no dijo una palabra, sino que me sacó el corpiño del bikini, me trajo hacia él y me abrazó por la espalda, agarrando mis tetitas. Yo, que había quedado caliente, volaba. Me apretó y me tuvo un poco así, mientras yo volví a agarrar su pija con una manito en tanto con la otra me deleitaba acariciando esos huevos que acababa de conocer. Me subió a su falda, con las piernas abiertas, y me ensartó con soberano pijón, que me pareció que me partía en dos, pero que me llevó al cielo. Comencé a moverme, y al poco me sobrevino un orgasmo violento, que me dejó derrengada sobre este macho formidable, que abrazándome evitó que cayera al suelo-.
No me podía recuperar de semejante polvo y estaba confundida, porque no entendía cómo había llegado a eso y cómo había ocurrido; cuando recuperé la compostura, me reacomodé la ropa y me bajó una angustia profunda ¿Cómo le había hecho esto a mi marido? ¿Cómo me presentaría ante mi querido marido? ¿Cómo le iba a explicar lo que había pasado? ¿Cómo se lo iba a decir? ¿Y si me dejaba? ¿Se me notaría y se daría cuenta, aunque no se lo diga? No tenía duda de quererlo, y tampoco podía olvidar esa pija que me había abierto y llenado de ese modo. Comencé a llorar, en el hombro de José, que me consolaba tiernamente. Estuvimos un rato largo ...