1. Silvana y Alejandro


    Fecha: 14/10/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: campillo, Fuente: CuentoRelatos

    ... así, hasta que de alguna manera pude digerir la situación y me tranquilicé un poco, sobre todo cuando José me dijo:
    
    -¿Por qué llora m’hijita, le he hecho doler, la he lastimado, o ha disfrutado con mi pija?-. Era un lenguaje brutal para mi, para lo que estaba habituada a oír, pero me agradaba y me limité a negar y negar. Lo cierto era que había disfrutado enormemente, al ser atravesada por semejante poronga, y estaba agradecida, acurrucada contra el macho que acababa de cogerme. Así pasó un largo rato, un silencioso momento que José lo cortó diciendo:
    
    -Mejor que emprendamos la vuelta, para llegar temprano, no preocupemos al muchacho-. Yo, que no tenía noción de la hora, me mostré conforme. -Subimos al cuadri, tal como habíamos venido, pero cuando me tomé de su cintura, José bajó mis manos, y las puso sobre su miembro. Lo acepté serenamente y allí quedaron, para que yo lo apretara y acariciara todo el viaje. Así volvimos, yo, en las nubes. Pero cuando estábamos aquí cerca, José paró el cuadri en el bajo de una barranca, y volvió a hablarme:
    
    -Quiero que ahora me chupes la pija y te tragues todo. Quiero que cuando llegues le des un beso en la boca a tu marido, con el gusto de mi volcada, y después te lo cojas ¿Entendiste?-. Vaya si lo había entendido. Se la mamé, me llenó la boca de leche y tragué todo lo que me echó. Luego volví a subir y le dije:
    
    -Vamos-. Estaba determinada a cumplir sus órdenes, pero cuando me encontré a la puerta de mi casa, me bajó un ...
    ... sentimiento de culpabilidad y una angustia enormes ¿Cómo podía hacerle eso a mi Alejandro? ¿Cómo hacerle saborear la volcada de otro? Podía desobedecer, pero mi voluntad no era mía. Entonces, de pronto, me sentí que todo había sido culpa de Alejandro por dejarme, y llena de ira, entré a casa.
    
    Cuando Silvana se calló, José nos miraba sonriente y dirigiéndose a mi, preguntó formalmente con amabilidad:
    
    -¿Has entendido muchacho?- No buscaba mi conformidad, sino asegurarse que yo entendía; no tenia respeto alguno por mi, ni le inspiraba mi cargo que a mi me parecía tan importante; simplemente era un muchacho, para él, un muchacho cuya mujer se cogía, sin que yo levantara una protesta, un muchacho que debía entender cómo sería su vida futura y su papel en la familia. De alguna forma quería perfeccionar este lado de la relación, aclarando los términos en que se desarrollaría. Silvana me miraba atentamente, sin soltar mi mano. Yo, asentí con la cabeza, claro que había entendido, aunque no sabía cuál sería mi papel de aquí en adelante. No sabía por qué, pero la voluntad en esa casa la tenía José, que se dirigió a mi:
    
    -Traémela al dormitorio, me la quiero coger nuevamente-, dijo José con toda calma mientras se prendía el pantalón, que había quedado abierto tras la mamada de Silvana, iba a marcar territorio cogiéndose mi mujer, frente a mi, en mi cama. Sin soltarnos de la mano, con los dedos entrelazados, nos pusimos de pie, y me encaminé al dormitorio llevándola a coger con él. Silvana ...
«12...8910...15»