1. Silvana y Alejandro


    Fecha: 14/10/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: campillo, Fuente: CuentoRelatos

    Nuestra vida estaba perfectamente ordenada. En diciembre del 2019, salió mi nombramiento como juez de primera instancia mientras que mi señora, Silvana, venía desempeñándose como secretaria de un tribunal, desde tiempo atrás. Éramos una pareja envidiable y encantadora, porque a los 33 años, mi posición era muy buena y distinguida y la de ella también, aunque de menor jerarquía, dado que era tres años menor que yo y venía haciendo carrera en el ámbito judicial. Nos habíamos casado jóvenes, varios años antes y teníamos dos niños de 7 y 5 años.
    
    Las fotos de la recepción en la Asociación de Magistrados con motivo de nuestro nombramiento nos mostraban felices y encantadores, la envidia de muchos: Silvana lucía una estampa formidable, más bien baja, ojos y pelos castaños, melenita, delgada, con un aire de jovencita, y una figura perfecta. Silvana no tenía nada que le faltara ni le sobrara, era una preciosura, fina y elegante; a su lado yo, un poco más alto con mi metro setenta y cinco, delgado y también elegante en mi traje y corbata, acompañados por los niños.
    
    Yo había sido el primer y único novio de Silvana, criada en un ambiente recatado, seguro y formal, al margen de los avatares de la vida; fuimos novios desde muy jovencitos, se casó conmigo sin conocer varón y me entregó su virginidad serenamente, esa noche conforme lo previsto. Nuestra vida, se desarrolló en el ámbito asegurado del Poder Judicial, sin apremios, dificultades ni sobresaltos. Digamos que teníamos una ...
    ... vida pacífica y asentada, sin mucho trabajo, bien remunerados, sin que mediaran alteraciones, ni locuras de ninguna especie. Nuestra vida se desarrollaba en un ámbito familiar, cerrado, tranquilo y conocido. Era una vida perfecta. A nivel íntimo, habíamos sido siempre formales, sin experiencias extrañas, de modo que lo que no fuera sexo tradicional y austero, estaba fuera de nuestras prácticas: léase que ni hablamos de formas de sexo que para Silvana eran extrañas y aberrantes, como el sexo oral o anal, a los que se negaba a considerar siquiera. Y se horrorizaba con otras prácticas como las parejas abiertas, los swingers o los cuckold, temas de los que no quería ni oír hablar.
    
    La designación como juez me pareció un evento para celebrar y le propuse que nos fuéramos unos días solos, a Calamuchita. Allí había tenido casa mi familia, alquilaríamos una cabaña y nos pasaríamos quince días solos, dejando los chicos con mis padres en La Falda. A Silvana le encantó la idea y a nuestros padres también. Así, a principios del 2020 estábamos instalados en una cómoda cabaña, en un complejo sito al lado del río, con cancha de paddle, tennis, pileta, sum, rodeados por la oferta de excursiones y entretenimientos. En otros términos, un lugar ideal. El ambiente, era el habitual de esos lugares, distendido, gentes de todas las edades, ansiosos de hacer amistad. Enseguida nos hicimos amigos de un vecino de cabaña que aparentemente estaba solo, un hombre mayor, bien conservado, de unos 50 o 60 ...
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