Silvana y Alejandro
Fecha: 14/10/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: campillo, Fuente: CuentoRelatos
... participar muchacho? ¿Querés venir y ver?-. No sabía qué decirle, pero el morbo me provocaba ver como tremendo macho iba a desvirgar mi mujer. Se pusieron de pie y enfilaron hacia el dormitorio, así desnuda Silvana se veía como una virgencita, delgada, pequeña, de la mano de la bestia que iba a culearla. Ya en el dormitorio, la echo de bruces en la cama, mientras yo me quedaba parado, cerca de los pies de la cama. Allí volvió a acariciarle la espalda, para luego concentrarse en el culito de mi mujer, que se veía chiquito y delicado; José lo abrió bien, separando las nalgas, dejando a la vista un ojetito rosado, que acarició lentamente, luego echó mano a un pote de vaselina y la lubricó bien, por fuera y por dentro, metiéndole dos dedos. Cuando la tuvo bien lubricada, se sacó el short y apuntó su pija, bien parada, pero antes preguntó:
-¿La querés por el culo m’hijita? ¿decime si querés que te rompa el culo?-. Silvana respondió sin levantar la cabeza:
-Si, José. Dame por el culo. Rompémelo para que sea tuya para siempre. Rompeme el culo, dale, hacelo despacio, con cuidado-.
José juntó las piernas de ella y abrió las suyas, colocándose sobre el cuerpito de mi mujer; desde mi ubicación se veía bien el zorrito y el ojetito, expuestos, y el pijón de José, meneándose para entrar. Se ayudó con la mano y colocó la cabeza en el ojo del culo, apretó un poco y el ojete se abrió para dejarlo entrar, con un sobresalto de mi mujer, que se puso tensa y se removió:
-Quietita, ...
... tranquila m’hijita-, le dijo José al tiempo que la acariciaba y ella se relajaba, pero apenas la vio que se aflojaba un poquito, le zampó la cabeza adentro. Yo no podía creer ¡Cómo se había estirado ese culito! Pero no se rompió, ni sangró, al menos por fuera, eso si se estiró brutalmente. Silvana no gritó, pero soltó un par de sollozos, que solo sirvieron para que la Pija de José entrara un poco más. Yo pregunté:
-¿Estás bien amor?-. Sin levantarse de su posición, afirmó con su cabeza, sin decir una palabra. José le dijo entonces:
-Relajate, ya está entrando, disfrutala. ¿Te duele? ¿La sentís bien?-. Ahora ella contestó:
-Me duele mucho José, me rompe, me estás partiendo, la siento muchísimo. Algo se me ha roto, lo he sentido, sentí cómo se rajaba, pero seguí, dame más-. José no necesitó más, y con un golpe de cadera se la metió toda, y se quedó quieto ahí, echado sobre su espalda y mordisqueándole la nuca, aplastándola. Ella estiró una mano y comenzó a sacudirla, llamándome; me arrimé y me la tomó fuertemente, entonces me habló:
-Me ha roto el culo, mi amor, no sabés cómo me lo ha roto. No me puedo mover, me tiene ensartada hasta el fondo. Me parece que no podré sentarme, ni caminar nunca más. ¡Qué bestia! Me ha partido entera. Pero qué bueno, ahora estoy comenzando a disfrutarlo, quiero que estés conmigo, es un momento importante de mi vida, me siento sometida. Un macho me ha desvirgado el culo y me va a gozar apoderándose de mi, que antes era tuya. Quiero que lo ...