1. Silvana y Alejandro


    Fecha: 14/10/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: campillo, Fuente: CuentoRelatos

    ... con un amigo:
    
    -¡Cómo lo tiene de cerrado! Se ve que no la han culeado nunca, pero le han entrado dos dedos, y ahí los tengo ¿Cómo no te la culeaste nunca?-. Callamos. Que le metieran dedos en el culo de Silvana era increíble; como era impensable que ella lo aceptara y que ocurriera en mi presencia. Sin sacárselos, José me dijo, aunque el mensaje era para ambos:
    
    -Esta siesta te rompo el culo m’hijita, estate pronta después de almuerzo. Se fue luego a su casa o no sé. Quedamos solos con Silvana, frente a frente y se dio una conversación significativa, en cuanto dábamos por sentado que José le rompería el culo.
    
    -¿Estás bien amor?-, le pregunté ansioso.
    
    -Si ¿Por qué?
    
    -Bueno… por lo que dijo José…-. Yo no podía ocultar mi inquietud y mi ansiedad.
    
    -Sabía que iba a llegar, amor, ojalá que sea bueno.
    
    -Pero, y si te lastima. Mirá que tu culito es tierno y chiquito y él tiene un pijón.
    
    -No me puedo negar; no puedo. Es él quien decide, ya lo has visto antes. Espero comportarme de acuerdo a lo esperado, sin escándalos.
    
    La charla siguió de este tenor y se nos pasó la hora del almuerzo conversando, abrazados en el sillón, esperando el momento de su bautismo. Así estábamos cuando entró José. Nos saludó, casi sin detenerse y mirando mi mujer, le extendió la mano como para tomarla y llevarla. Ella se tomó de su mano, se soltó de mi abrazo, se puso de pie, y él la trajo hacia otro sillón, donde se sentó, ubicándola en su falda. Le desprendió y le sacó el corpiño ...
    ... del bikini, dejándola a su disposición, y le dio un beso profundo en la boca, que los tuvo unidos mucho tiempo. Luego la tomó, como si fuera una muñeca, y la apoyó de bruces en sus rodillas y comenzó a acariciarle el culito, al tiempo que iba sacándole la bombacha del bikini. Silvana se dejaba hacer pasivamente sin decir palabra. José se entretuvo un largo rato en ese culito prieto, acariciándolo, abriéndolo y hurgándolo con sus grandes dedos, que se entretuvieron largamente en el ojete, sobándolo, hasta que comenzaron a entrar, haciendo suspirar a mi mujer. José se rio, al advertir que ella lo recibía con gusto, mi mujer le buscaba la pija con su manita, entonces él le dio un chirlo en la cola y le dijo, que se estuviera tranquila, y agregó:
    
    - Pasemos, que ya estás lista-. Luego, sin soltarle la mano, nos dijo:
    
    -Bueno, un último beso de despedida, para que ella sepa que tiene la aprobación de su marido. El último beso con el culo sano-. Se pusieron de pie y yo también, y nos fundimos con mi mujer en un beso de lengua profundo y largo, mientras él seguía hurgando el culito de Silvana. Cuando por fin nos separamos, calientes y emocionados, José dijo, riéndose:
    
    -No tenía gusto a leche ¿No?, esta vez no la había chupado-. Y se la llevó al dormitorio, adonde ella lo siguió mansamente, y yo por detrás.
    
    -¿No le pondrás vaselina, o algo?-, pregunté preocupado por ella, que se mostraba inconsciente de lo que estaba por ocurrir. José pareció no oír y repuso:
    
    -¿Querés ...