1. De esposa a mitress


    Fecha: 07/05/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Fd, Fuente: CuentoRelatos

    ... cintura y me ordenó subir al sofá dándole la espalda y sin dejar de tocarme.
    
    Sentí como lubricaba mi trasero, luego como primero un dedo invadía mi ano luego dos y al final tres, cuando estuvo satisfecha sentí la punta de Lenin pegada a mis nalgas y sus manos abriendo espacio comenzó otro lento conteo, así que aumente la velocidad y ella aumentó lo presión en mi culo, casi dejé de masturbarme cuando sentí como me abría de a poco lo hizo lento y poco a poco pero de una forma constante a cada número lo empujaba un poco más hasta que al final de la cuenta sentí su cuerpo pegado al mío. Salió el nueve ya solo quedaban cuatro números así que disminuyó la velocidad para poder llegar al siguiente conteo mientras Moni aumentaba el ritmo de sus movimientos y susurraba en mi oído:
    
    —Apuesto a que le vas a tomar cariño a Lenin.
    
    Casi tuve que detener mis movimientos para no correrme la sensación era tan placentera que temía correrme en cualquier momento sin la autorización de mi señora.
    
    Se reclinó sobre mi espalda y pude notar sus pezones erectos pegados en mi piel
    
    —Por favor señora no aguanto mucho más. Ya viene
    
    No te corras hasta que yo te lo ordene.
    
    Sigue masturbándote
    
    Solo rozaba mi pene con mi mano, hacia círculos en el glande que para entonces ya estaba hipersensible, pero si aumentaba la presión o velocidad no había nada que pudiera hacer para detener mi orgasmo.
    
    Un nuevo conteo comenzó esta vez más rápido al igual que sus movimientos, me tomó de las caderas y apretó fuerte antes de cada nuevo empujón.
    
    No sé cómo soporte sin correrme hasta el cero. Ella dijo el número.
    
    —tres!!! en medio de sus risas.
    
    -Luego dijo- puedes vaciarte has sido un buen perro.
    
    Sentí la gloria cuando un fuerte chorro salió disparado desde lo más profundo de mí, fueron varios chorros que cayeron en el sofá.
    
    —¡Tragalo calientito!
    
    Moni siguió rompiendo mi culo hasta que su placer fue saciado mientras yo aún lamia los restos de mi semen del sofá.
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