De esposa a mitress
Fecha: 07/05/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Fd, Fuente: CuentoRelatos
... me dirigí al centro comercial, sé en que tiendas le gusta comprar su ropa así que me dirigí de inmediato para allá. La recompensa era enorme si encontraba lo que me pidió por fin podría vaciar mis bolas y liberar toda la leche acumulada durante el último mes.
Maneje los diez minutos más largos de mi vida hasta estacionar en centro comercial.
Baje del auto con el papel guardado en el bolsillo, de vez en cuando metía la mano para cerciorarme de que las instrucciones aún estaban ahí.
Llegué a la primera tienda seguro de que la tarea sería fácil. Me acerque a una de las amables señoritas y le pregunté por la sección de vestidos de noche y me condujo hasta el segundo piso de la tienda ahí me dejo no sin antes decirle a una de las trabajadoras de esa sección que si me ayudaba con lo que se me ofreciera.
Cosa que decline, quería caminar un poco por la tienda y observar con calma los vestidos, elegiría un vestido elegante, uno que hiciera resaltar su figura, un color soberbio que realizará el color de sus ojos, tal vez hasta una gargantilla y unos aretes me diera el lujo de comprar.
Había de todo tipo de vestidos, manga larga, a los hombros, sin manga, pegados, brillantes, de telas suaves como la seda, de todos los colores posibles, desde los básicos y tradicionales negros hasta algunos colores chillantes a la vista, corte sirena, princesa, tipo A o pegados que apenas se podría caminar con ellos escote tipo v, escotados de la espalda o de frente; había de todo para ...
... todos los gustos pero no encontré uno solo en toda la tienda de la marca sam.
Así que volví con la mujer que me ayudaría y le pregunté:
—Disculpa ¿tienes vestidos marca sam?
Ella me miró extrañada como si le hubiera hecho una propuesta indecente, abrió los ojos y luego la boca como si fuera a decir algo pero luego la cerró sin decir nada, cerró los ojos como si lo estuviera meditando y los abrió de repente como cuando alguien tiene una idea genial.
—Lo siento señor pero nunca había de esa marca.
Pero manejamos otra marcas muy prestigiosas.
—Lo sé señorita ya recorrí toda la tienda y las mire.
Pero sabe mi mujer y yo tenemos una apuesta si puedo llevarle un vestido de esa marca tendré suerte este fin de semana así que por favor le suplico que me ayude con mi tarea.
La chica sonrió pícaramente y me dijo ya vuelvo.
Luego de unos largos cinco minutos regresó acompañada de otras dos mujeres y un hombre, todos trabajadores de ese departamento.
Les tuve que explicar las cosas (claro solo lo que ellos debían saber, omití mi candado de castidad y que si no llevaba el famoso vestido me pasaría otro mes sin poder vaciar los huevos).
Luego de buscar en sus teléfonos móviles ninguno obtuvo resultados de esa marca, pero me indicaron que fuera a la tienda de enfrente que tal vez ellos podrían tener algo.
Ya ahí no perdí el tiempo, fui directamente con una de las encargadas y le explique la situación. Nada la misma respuesta nunca habían escuchado esa marca, ...