1. Citas que salen mal, muy mal


    Fecha: 07/03/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: molly625, Fuente: CuentoRelatos

    ... algo en lo que no me había fijado, y es que para darle el toque guarro a su atuendo, no llevaba braga ni tanga, y además, colgando de la vagina, había un tubo estrecho de goma, que terminaba en una especie de pera a la altura de sus muslos. Lo reconocí de haber visto algún video porno en internet, por lo que dentro de la vagina supe que tenía una especie de globo de goma hinchado. Como era de esperar, como todas sus putillas, estaba afeitada totalmente. Traía una bandeja con un vaso que contenía alguna bebida caliente, y unas galletas o algo parecido. Zak se lo tomó en un par de minutos y los dos se acostaron, pero él no le hizo mucho caso ni tampoco se le acercó. Si no fuera porque me había secuestrado, desnudado, y tratado como a una perra, diría que no tenía interés por el sexo femenino. No consigo entender a los pervertidos.
    
    Tardé un buen rato en dormir, a pesar de que estaba muy cansada. Me puse a pensar en cómo había conseguido a una chica como esa. En la app seguro que no. O la había secuestrado o le pagaba como Escort o puta de lujo. Más bien me decantaba por la primera opción. También me dio por pensar en por qué me había elegido a mí, si en comparación con esta mujer quedaba en muy mal lugar. Quizá quería tener un poco de todo, a la modelo exuberante, y a la vecina apetecible. Dándole vueltas a estos temas me quedé finalmente dormida.
    
    Me desperté en medio de la noche, con ganas de mear. Al intentar levantarme me di con la cabeza en el techo de la jaula. Por ...
    ... un momento no recordaba en donde estaba. Pensé en hacérmelo encima para tocarle un poco los huevos a Zak, pero seguro que me dejaría mojada toda la noche. No me quedó otra que coger el cuenco que tenía a mis pies, abrir las piernas todo lo que me dejaba la jaula, y ponerlo debajo. No hacía pis fuera del WC desde que era una niña, y no tenía la seguridad de que todo fuera a terminar en el cuenco. Empecé a hacer fuerza y el primer chorro ya me salió directo a la pierna. Joder. Luego conseguí apuntar bien, pero siempre salpicando un poco por fuera. ¡Qué asco! Terminé justo cuando ya no había espacio para más. No tenía nada con que limpiarme. Aparté el cuenco hacia la esquina y me froté un poco la pierna mojada contra el cojín de la jaula. Me costó mucho dormir después de eso.
    
    Eran las 8 de la mañana y un despertador estaba sonando en la habitación. La sirvienta zorra entró para apagarlo y me abrió el candado de la jaula. Zak ya no estaba. Me hizo un gesto con la mano para que saliera, y según saqué la cabeza me puso la correa. Me pegó un pequeño tirón para que empezara a gatear. Salimos al pasillo y entramos en la segunda puerta a la derecha. La ducha estaba abierta, y la sirvienta me hizo entrar en ella a cuatro patas. El plato de ducha era muy grande. Me empezó a echar agua por los pies, y aunque al principio me pareció muy caliente, al poco rato me pude acostumbrar. Entonces empezó a echarme agua por todo el cuerpo hasta mojarme completamente. Con una esponja me comenzó a ...
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