Citas que salen mal, muy mal
Fecha: 07/03/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: molly625, Fuente: CuentoRelatos
... finalmente comenzó a afeitarme. Lo hacía con mucha suavidad, por lo que nunca tuve miedo de que me hiciera un corte, aunque seguía dándome reparo tener a alguien metiendo sus morros en mis genitales. Por un momento se me pasó por la cabeza la idea de hacer fuerza y mearle encima, pero pensándolo bien, seguro que aquello le haría todavía más feliz. Gotas de agua mezcladas con espuma bajaban desde el ano, pasaban por mis labios inferiores haciéndome cosquillas, y finalmente iban a parar al suelo. Y algo similar pasaba en mi boca, al no poder mantener la saliva por culpa de la mordaza.
Zak sacó una hoja de algún lado y me la puso a la vista, en el suelo, para que pudiera leerla.
-Estas son tus obligaciones a partir de ahora. No son negociables, así que no quiero ninguna protesta.
En el folio había 30 puntos con indicaciones sobre mi comportamiento, desde no poder hablar sin permiso, tener que andar siempre a cuatro patas, beber con la lengua como los perros, y toda clase de guarradas que no puedo ni recordar. Lo que parecía claro es que quería tener una mascota humana, y lo peor de todo, es que no tenía intención de dejarme marchar hasta sabe Dios cuando.
Entonces me puso una correa y me obligó a pasear por toda la casa. Me pegó un tirón para que comenzara a andar. En la mano llevaba una vara de madera que utilizaba para corregirme cuando hacía algo que no le gustaba. Por lo visto debí cometer muchos errores, porque cada dos por tres me daba con la vara en el culo ...
... o en las piernas. Algunas cosas me quedaron claras, como que no podía mirarle a la cara, sino que tenía que mirar siempre al frente, que debía andar con el culo bien alto, o que debía andar de forma sexy. Me paseó durante tanto tiempo que las rodillas y las muñecas las tenía doloridas. Pero claro, las mascotas no pueden quejarse. Después de una hora de entrenamiento, o algo así, estaba exhausta. Zak lo debió notar, porque yo ya no conseguía andar sin perder el equilibrio cada pocos pasos.
-Lo dejaremos por hoy. Creo que has mejorado bastante. Para ser tu primer día puedes estar contenta. Deberíamos descansar por hoy. Bebe, anda.
Me señaló un cuenco con agua y le obedecí al instante. Estaba sedienta. Era una tortura tener que beber con la lengua, pero era mejor que nada. Mientras tanto, Zak me acariciaba la espalda y el culo. Era asqueroso.
-Buena chica -dijo Zak. Y volvió a tirar de la correa para llevarme a otro lugar. De reojo pude ver el reloj que había en el pasillo. Ya eran cerca de las dos de la madrugada. Solo quería irme a casa y disfrutar de la soledad.
Para llegar a la primera planta tuvimos que subir por las escaleras. Podéis imaginar lo complicado que es subir a cuatro patas, y no de cualquier forma. Siempre sexy y con la posición correcta. Una vez subidas las escaleras pasamos por otro enorme salón, seguimos por un pasillo donde había varias estancias cerradas, y al fondo de todo estaba su habitación. Después de ver el resto de la casa imaginaba otra ...