1. Citas que salen mal, muy mal


    Fecha: 07/03/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: molly625, Fuente: CuentoRelatos

    ... luego metérsela en el bolsillo. ¡Maldito cerdo! Luego se acercó a mi cuello y quitó el candado de la cadena. Me dijo que me sentara, y volvió a colocar de nuevo el candado a la nueva altura, en otro gancho más abajo.
    
    -Te dejo material para afeitarte. Pensé que ya vendrías lista de casa, pero veo que no. Asegúrate de dejarlo bien suave tanto por fuera como por dentro de los labios. Luego volveré y me enseñas que tal quedó.
    
    Había perdido totalmente la noción del tiempo. No sabía si había pasado media hora, una, o cinco. Estaba atada por el cuello en una habitación, con un enfermo mental en la habitación de al lado, esperando a que me afeitara el pubis. No se me ocurría una situación más divertida para un Viernes noche. Al darme cuenta de la situación rompí a llorar como una idiota.
    
    No recordaba haberme afeitado completamente nunca en la vida. Solía rebajarme con una tijera y afeitar un poco las ingles para ir a la playa, pero nada más. Zak me había dejado agua templada, una cuchilla nueva, espuma de afeitar y una toalla pequeña. La posición en la que estaba tampoco era muy cómoda, con la cabeza pegada a la pared, pero eché el culo todo lo que pude hacia delante. Me eché agua por toda la zona, luego espuma y empecé a rasurarme con mucho cuidado de no cortarme. Después de hacer un buen repaso volví a realizar el proceso de nuevo para dejarlo perfecto, y que ese hijo de puta me diera el visto bueno.
    
    Gemí para avisar a Zak de que había terminado, y él apareció al ...
    ... momento. Me daba mucho pudor enseñarle aquello tan rasurado, ya que estaba convencida de que esas cosas solo las hacían las prostitutas y alguna guarrilla para contentar a su novio pervertido. Yo tenía las piernas cerradas y Zak sonrió. Solo tuvo que echarme una mirada para que abriera las piernas dejando ver mis labios rosados. Se agachó y paso los dedos recreándose en la suavidad. Luego cogió la llave del candado y me quitó la cadena, para dejarme suelta esta vez.
    
    -Bien, ahora ponte a cuatro patas que voy a terminar el trabajo.
    
    Estaba claro que no solo quería terminar de afeitarme, si no que sobre todo buscaba avergonzarme, poniéndome en una posición tan expuesta. Justo en ese momento recordé mi petición en la App. Si quería humillarme todavía más, ese sin duda era un buen momento. Pero Zak no tenía intención de follarme a cuatro patas, o al menos no en ese instante. Se sentó en el suelo detrás de mí, tan cerca de mi vagina que podía notar su respiración en mi piel. Cuando me echó agua con la mano por la zona del ano, no pude evitar contraerlo, al cogerme de sorpresa. Entonces agitó el bote de espuma y comenzó a extenderlo por la zona, pasando su dedo por el ano suavemente, lo que hizo que se relajara un poco y se abriera levemente. Pareció que aquello le gustó, y siguió pasando el dedo en círculos hasta que se abrió de tal forma que pudo introducir la punta del dedo sin resistencia.
    
    Debió quedar satisfecho con aquello, por lo que dejó de juguetear con mi ano y ...
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