Citas que salen mal, muy mal
Fecha: 07/03/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: molly625, Fuente: CuentoRelatos
... mucho abría la puerta del patio desde el telefonillo, y luego se mantuvo sin decir palabra mientras yo saludaba a todos. A casi todas las chicas las conocía de otros "eventos", pero a algunas hacía años que no las veía. Por muchos años que habían pasado, no dejaba de sorprenderme que algo así, tan masivo, no hubiera salido a la luz de alguna forma. No sé si los chicos eran demasiado inteligentes, nosotras no tuvimos suerte, o directamente éramos jodidas subnormales.
Los chicos comían y bebía como animales. La comida estaba muy buena, todo hay que decirlo. Pronto empezó a notarse como subía al alcohol. Había vino o cerveza para elegir. Algunos eligieron todo. A las putillas también nos daban alcohol. En un cuenco teníamos la comida y en el otro la bebida. En mi caso me habían puesto vino blanco, seguramente a sugerencia de Zak, que sabía que me sentaba bastante mal. Otra de las normas era clara, acabar la comida y acabar la bebida. Acostumbrada a no beber nunca, pronto empecé a sentirme mareada, al igual que mis otras compañeras. Incluso alguna de ellas no aguantó la risa y recibió una bofetada de su amo, que la hizo callar al momento.
Terminada la comida, los amos nos quitaron las correas, y empezamos a recoger la mesa ante la atenta mirada de los chicos. Muchos de ellos, ya bastante bebidos, no podían evitar follarnos con la mirada. Alguna de las chicas tuvo un traspié durante el camino a la cocina, pero ninguna acabó en el suelo. Dejábamos las cosas en la cocina y ...
... volvíamos a por más. Fuera de la vista de los hombres, hubo muchas miradas entre nosotras, pero ninguna se atrevió a cruzar palabra (algo totalmente prohibido). Al recoger los restos de la cena, ellos aprovechaban la cercanía para meter mano sin pudor. A mí me cogieron una cacha con fuerza, me agarraron un pecho, y me cogieron de la muñeca sin dejarme marchar, durante unos segundos. Obviamente, no podías responder de ninguna manera.
Una vez terminamos de recoger toda la mesa, llevamos el postre que había en la nevera. Lo colocamos en el centro de la mesa y poco a poco fuimos subiéndonos en ella, y colocándonos como se nos había explicado. Cada una de nosotras se situó delante del hombre de la izquierda de nuestro amo, y mirando también a la izquierda. Entre todas creábamos un tren de chicas sobre la mesa. No había mucho espacio, así que los culos y las caras estaban demasiado cerca. Podía notar la respiración de Tania en mis partes.
Una música empezó a sonar y todas empezamos a gatear sobre la mesa, siguiendo el borde de la misma, en la dirección de las agujas del reloj. Parece que alguno de los amos había reinventado el juego de las sillas, para hacerlo un poco más interesante. Cuando la música se paró, nos quedamos quietas delante del chico de turno. Me sonaba la cara de ese cerdo, pero no recordaba exactamente de qué. En el centro de la mesa había una Fondue de chocolate con frutas variadas. Los hombres tenían total libertad para hacer lo que quisieran con nosotras, ...