Citas que salen mal, muy mal
Fecha: 07/03/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: molly625, Fuente: CuentoRelatos
... vosotros no se os ve nada mal tampoco...
Poco a poco fueron llegando el resto. No había tenido la casa tan llena nunca en mi vida. Debía haber como veinte personas y todavía faltaban algunas más. Me hacía ilusión ver a toda esa gente, sobre todo a mis chicas, pero también me ponía un poco nerviosa. Desde el cautiverio de Zak me había vuelto distinta, y ahora me notaba más tensa con las relaciones sociales. Traté de esforzarme para mostrar siempre una sonrisa.
Lo más difícil fue conseguir una mesa para tanta gente. La que teníamos en casa era grande, pero ni de broma podía juntar a treinta personas a su alrededor. Parte de la comida era precocinada, no puedo mentir. Si tuviera que hacer todo eso yo sola, hubiera necesitado una semana para cocinarla.
Me inquietaba pensar que era una fiesta de cumpleaños o algo así. Odiaba esas fiestas en las que eras el centro de atención. Gracias que no era nada parecido. Y el momento de abrir los regalos, con todo el mundo mirando tú cara... Dios, era terrible.
La comida y la bebida ya estaban servida en la mesa. Poco a poco había ido llegando toda la gente. Yo ya me había dejado llevar, y ni siquiera había atendido a quien entraba o quién no. Eché una mirada y todos parecían conocidos. Algunos ya tenían una bebida en la mano, y otros todavía se estaban saludando, cuando alguien dijo en voz alta...
-¡¡Todos a la mesa!! o ¿esperáis a alguien más?
-Es el puto jefe, hagámosle caso o nos dará una zurra -dijo Sandro entre las ...
... risas de los demás.
Todos se sentaron en el sitio asignado, como en una boda, pero sólo había quince sillas. En el suelo había unos cojines, al lado derecho de cada silla, donde las chicas nos fuimos poniendo de rodillas. Había un protocolo muy estricto que todos seguimos perfectamente. Eché una mirada hacia el resto de mujeres, y todas estaban en la misma posición. De rodillas, con el culo apoyado sobre sus pies y con la espalda bien recta, pero con la cabeza mirando al suelo en señal de sumisión, y con manos cogidas por la espalda.
Pero el protocolo no se quedaba solo en esos detalles, sino también en los atuendos de cada uno. Los hombres iban vestidos con traje y corbata. No servía cualquier color, solo negro. Y los zapatos también tenían que ser negros. Para las chicas todo era muy distinto. Para dar el toque de distinción, todas llevábamos zapatos rojos de tacón alto. Y no servían sandalias o variantes, sino que todos debían ser los clásicos zapatos de tacón. No nos permitían llevar medias, y de hecho, no nos permitían llevar nada más. Todas llegaron a casa subidas en sus preciosos zapatos, totalmente desnudas, y llevadas por la correa atada a sus cuellos, que sujetaba su amo. Ah, la otra norma era ir totalmente rasuradas. No había espacio para el pelo, solo en la cabeza, y siempre recogido. Eso sí, llegaron andando desde los coches, cosa no habitual por estos lares.
Zak se mantuvo callado desde el principio. Desde que empezó la gente a llegar en sus coches, como ...