Cuando la belleza engaña
Fecha: 21/02/2022,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... con una mini que un poco más se le veía el tanga.
- Paf…lo único que faltaba, que te gustara Lucrecia
- Y qué, ¿no te gustaba a ti? Por qué no me iba a gustar a mí
- Porqué a mí me gustaba porque era idiota, pero ese no es tu caso, aparte que ella tiene todo comprado a medida, es de plástico.
- Bueno, pero igual había alguna mejor que yo
- Esta bien, te creo, pero dime quien era que otra vez me fijo.
- Tú eras, o te crees que no me doy cuenta cuando hacemos ejercicio, o porque te crees que Diana salió a tu rescate, ¿de buena que es?
- Pero…me estás dando a entender que me miras no como amiga sino con otras intenciones.
- Yo, yo…no lo tomes a mal, es…que, eres…como eres, no puedo evitar mirarte, pero si no quieres, no te miro más.
- Claro, no me miras más ¿y lo que piensas qué? Vaya a saber las cosas que estás pensando cuando hacemos ejercicio – la pobre estaba toda cohibida
- No te enfades, que no te voy a pensar más
- No Natalia, para que nos vamos a engañar, no podemos seguir juntas de esta manera. – se puso pálida
- No Cami, no te vayas, mira el contrato que conseguimos.
- Eso lo puedes hacer tu sola o contratando a otra chica, no me voy a quedar por un contrato.
- Pero es que no quiero otra chica, quiero que esto lo sigamos haciendo juntas como lo pensamos, yo no te voy a molestar, voy a tratar de no mirarte, no te voy a decir más nada.
- ¡Claro! Tú cómoda, tu no me vas a decir nada, total, la lesbiana soy yo, tú tranquila ...
... esperando que yo haga todo, no te canses – me miraba con miedo y desconcertada - ¿pues sabes lo que voy a hacer yo? te voy a romper esos labios a besos – me miraba con un susto que me hacía dudar si estaba haciendo lo correcto. No me importó, me monté sobre sus rodillas y le comí la boca con ansias, no se atrevía ni a respirar, me separé.
- Ya sé, no te gustó. Bueno mala suerte, a mí sí me gustó, pero si a ti no ¿qué le voy a hacer? Perdona no te beso más – traté de levantarme, pero me sujetó. Me miró asombrada y me contestó
- Sí, sí…, a mí también me gustó, por favor déjame besarte a mí, - ahora fue ella la que buscó mis labios, parecía que le salía fuego por la boca, yo feliz. Después de un morreo épico, se separó con lágrimas en los ojos – por favor Cami, no te burles porque me muero – yo ya no me conformaba con unos besos. Estaba para más.
- Va a ser mejor que me siga burlando en tu dormitorio – la agarré de la mano y la llevé a rastras, apenas pasar la puerta volví a pegarme a sus labios, mientras buceaba dentro de su boca con mi lengua.
Le iba levantando el vestido al mismo tiempo que delineaba ese culito precioso con mis manos, fui subiéndolo hasta que tuve que separarme para sacárselo por la cabeza, quedó en interiores, pero eso también sobraba.
Le desprendí el sujetador, y dos pitones saltaron a mi encuentro. Me los metí en la boca, no podía dejarlos así, indefensos, chupaba con ansiedad. Solamente mi boca estaba en contacto con ella, mientras me estaba ...