Adoro a mi bella madre
Fecha: 27/07/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: deincógnito, Fuente: CuentoRelatos
Nunca imaginé que aquella mañana de enero mi vida tendría tal vuelco, que hasta el momento no he podido asimilar todo lo que me ha pasado estos años. Mi relato quizás busque una catarsis que puede amilanar un poco lo que mi consciencia a veces me recuerda. Provengo de una familia de clase media; mi padre un ingeniero de petróleos y mi madre una arquitecta de cierta notabilidad en mi ciudad. Tengo una hermana mayor que se casó hace 3 años y se fue a vivir con su marido. Aunque sé que el matrimonio de mis padres siempre estuvo signado por la rutina o el desgano de mi madre, y las continuas aventuras de mi padre, a quien no justifico, no pensé que la separación fuera tan inminente. Vivimos en una ciudad muy calurosa durante todo el año, puesto que el trabajo en la multinacional petrolera de mi padre queda a dos horas de donde residimos. Un mes antes, al regresar de la facultad donde estudio ingeniería civil, me sorprendió encontrar a mi madre en casa, bastante descompuesta, con una vaso de licor en las manos, algo inusual puesto que eran apenas las cinco de la tarde. La saludé como acostumbraba con un beso en la frente, y me dirigí a mi cuarto para tomar una ducha, vestir algo cómodo, comer y pegarme de mi laptop a hacer mis deberes. Al bajar a la cocina, ella, un poco turbada por el licor, estalló en un llanto que me angustió. La abracé y le pedí que me contara que pasaba. Me comentó que mi padre había tomado la determinación de irse definitivamente de la casa y aunque la verdad que él permanecía casi toda la semana por fuera, pues ahora quería iniciar los trámites del divorcio. Para ser sinceros esta noticia no me afectó, puesto que era preferible que todo acabara en buenos términos y no tener que vivir el infierno de dos seres que apenas si se dirigían la palabra en casa. Para rematar mi madre me dijo que debíamos mudarnos de apartamento puesto que mi padre había decidido venderlo, y ante la oferta que era buena, eso le facilitaba que ella pudiera tomar su parte en los bienes que le correspondían. Conclusión: a comenzar a empacar y prepararme para la mudanza, lo cual ocurrió un mes después.
Mi madre había comprado un apartamento en las afueras de la ciudad, en un proyecto inmobiliario para el que trabajaba. Ante la premura debimos ocuparlo sin los acabados necesarios, es decir sin puertas interiores y otras cosas, ya que ella que es en extremo cuidadosa, prefería importar todos los interiores para hacer de éste sitio algo muy lindo. A mí, la verdad me importaba un carajo todo. El apartamento era realmente pequeño, con dos cuartos, un estudio y un área de servicio. Sin embargo la vista era preciosa puesto que ocupábamos el piso 12. El cuarto de mi madre tenía su baño privado y yo decidí que como nadie nos visitaba, el baño social sería mío. De lo único que nos ocupamos fue de comprar unas cortinas provisionales para evitar que los vecinos de los apartamentos vecinos pudieran espiarnos, sobre todo a mi madre Nos instalamos pues en nuestro nuevo ...