1. Adoro a mi bella madre


    Fecha: 27/07/2019, Categorías: Incesto Autor: deincógnito, Fuente: CuentoRelatos

    ... reí mucho también y le dije que aceptaba encantado, pero que si podría invitarla a salir al cine, y porqué no acompañarla a tomarse sus tragos. Queriendo sellar nuestro pacto de esa conversación aparentemente inocente, la abracé con fuerza y le di un sonoro beso en su mejilla, pero al tratar de zafarse de mis brazos, su boca rozó la mía y fue inevitable que nuestros labios tuvieran ese contacto. Nos miramos a los ojos sorprendidos pero queriendo evitar reacciones de su parte le dije que me disculpara pero que ella se había movido y por estar jugando conmigo pues le había besado su boca, que además era muy hermosa. Me miró extrañada, pero no demostró disgusto para nada, y creo que ella esperaba que por las circunstancias algo pasara entre nosotros a pesar de la maldita prohibición que la sociedad nos imponía por ser madre e hijo. Seguimos conversando banalidades, y ante la inminencia de un fin de semana decidí irme a mi cuarto a terminar una investigación pendiente para el día siguiente viernes.
    
    Sé que muchas cosas pudieron pasar por nuestras cabezas a partir de ese día. Y estoy seguro que muchas veces Sofía se detuvo en mi ducha para comentarme algo; y era inevitable que observara mi cuerpo desnudo. Tengo 1.78 de estatura, soy delgado, pero atlético y sin presumir creo que mi miembro es normal para mi tamaño, aunque mis huevos si son bastante grandes. Sofía tiene 1.68 de estatura, unas caderas que miden 115 centímetros, 36 de sostén, y unas piernas bastante gruesas, las cuales se enmarcan de manera deliciosa cuando usa ciertas prendas ajustadas, como faldas o jeans. Sé que esos kilos de más que tiene, se encuentran justamente en el tamaño de sus nalgas inmensas, deliciosas. A pesar de haber parido dos hijos su vientre es perfectamente alineado aunque de hecho, por ser una mujer blanca si tiene estrías, pero no son desagradables. Es más, creo que es el prototipo de la mujer que sin ser gorda es voluptuosa, exuberante y con formas que llaman la atención a todos, menos al cabrón de mi padre cuya afición por las putas hizo que mi madre terminara cogiéndole fastidio. Y era apenas natural que así ocurriera puesto que mi madre al único hombre que tuvo en su vida fue a mi papá, alguien que no se distinguía precisamente por su fidelidad. Por eso hoy en día entiendo que la frigidez de mamá se debió al maltrato e incomprensión de un hombre como mi padre acostumbrado a manejarse entre prostitutas, y cuyas actitudes debieron afectar demasiado a una mujer inexperta como Sofía.
    
    A partir de esas conversaciones tuve dificultades para conciliar el sueño. Elucubraba mil fantasías, pensando en ella, a su lado, besándola, acariciándola y olvidando por completo lo que nos unía. Sofía se convirtió en mi obsesión, en el único motivo para ser feliz, para sentirme absolutamente enamorado de ella, de sus ojos cafés, de sus cabellos castaños, de sus manos delicadas y de la locura de su cuerpo hecho deseo para mí. Pienso que cambié demasiado a partir de entonces pues ...
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