El Cazador - Parte 5
Fecha: 15/12/2018,
Categorías:
Gays
Autor: johna.2012, Fuente: SexoSinTabues
... amenazado para que vaya, sabía que era un compromiso que debía cumplir. ―Allí estaré ―confirmé, luego Fabián me guiñó el ojo y salió tranquilamente del salón, dejándome bastante confundido. Me sentía algo desesperado porque las cosas estaban saliéndose de control y no estaba seguro de que podía solucionar todo aquel embrollo. Por otro lado estaba sorprendido de que hubiera gente como yo en mi mismo grupo social, escondidos y protegidos por reglas que mantenían sus identidades seguras, como yo lo había hecho hasta ese momento. Me preguntaba cuantos más estarían ocultos frente a mis ojos… Lo cierto era que debía cumplir con Fabián, por más que no estuviera contento de hacerlo. No podía arriesgarme a que se molestara e intentara hacer algo para perjudicarme a mí o a Mati. Luego de almorzar, regresé a mi casa y me di un buen baño que duró mucho más de lo normal, ya que a veces no hay mejor lugar para pensar que bajo el agua caliente. Toda aquella situación me tenía muy nervioso, pero también muy excitado… ¿Qué tipo de cosas iba a encontrarme en ese lugar? Cuando llegó la hora de partir hacia aquel lugar, llené mis bolsillos de condones y lubricante, y luego partí, sin decirle a Martin a donde iba. El edificio se veía muy normal y el vecindario era bastante decente. Nada indicaba que se estaba o se iba a realizar una orgia en aquellos departamentos, pero supongo que así debía ser. Luego de respirar profundo un par de veces, toqué la puerta y de inmediato un hombre alto, ...
... corpulento y sin pelo me abrió la puerta y me miró de pies a cabeza, como si fuera alguna mercadería que él estaba chequeando. ―¿Invitación? ―preguntó luego, sorprendiéndome… ¿A qué invitación se refería? ¿Acaso hablaba de la dirección? Sin pensarlo mucho, saqué el papel con la dirección que Fabián me había dado y se la entregué, luego el hombre abrió completamente la puerta y me dejó entrar. Entonces me encontré con otro hombre, este lucía más delgado y delicado que el anterior, pero con la misma mirada inspeccionadora que el anterior. ―¿Activo, pasivo, versátil o moderno? ―preguntó de pronto, con un juego de sellos en su mano. ―Activo ―dije de inmediato, sin titubear. Luego aquel hombre tomó el sello azul y me lo puso sobre mi muñeca. ―Disfrútalo ―dijo luego y me guiñó el ojo de forma coqueta ―, la ropa va por allá ―continuó, señalando un puerta de lo que parecía ser un baño. Entonces barrí con la mirada todo el lugar y a las personas que estaban en él. Las paredes y muebles estaban forrados de plásticos, y todo el piso cubierto por una alfombra sintética con diferentes imágenes sexuales que me parecieron bastante originales. Era como tener el kamasutra gay escrito en el piso, listo para cualquiera que desee probar nuevas posiciones. Había hombres de todos los colores, tamaños y edades, y todos iban vestidos sólo con una diminuta toalla alrededor de su cintura, que cubría apenas sus partes íntimas. En cada columna había una maquina dispensadora de condones y una de lubricante, a la ...