1. Encuentro en Almería


    Fecha: 13/07/2018, Categorías: Bisexuales Autor: Diego Alatriste, Fuente: CuentoRelatos

    ... tela ligeramente entreabiertas. Tus pechos descansaban redondos y blandos, como el pan recién hecho. Se te veía feliz. Una leve excitación me sugirió que podía despertarte a besitos, pero preferí dejarte descansar. Me dediqué a las cosas de la casa: poner en marcha la lavadora y recoger la ropa que tenía tendida. Justo cuando volvía del patio con un montón de ropa recién descolgada, te vi en el pasillo.
    
    - Buenos días, ¿cómo ha dormido la señora?
    
    - Como una reina, dijiste estirando los brazos.
    
    - He preparado el desayuno, pero tendré que volver a calentarlo, dije mientras dejaba el lío de ropa sobre una silla.
    
    - Calienta lo que quieras mientras que yo me ducho, replicaste dándome un besete al paso.
    
    Cuando escuché el agua correr en la ducha, recordé que la toalla estaba entre la ropa que había terminado de recoger. Entré en el baño y pude ver tu silueta a través de la mampara.
    
    - Aquí te dejo la toalla. Acto seguido se cortó el ruido del agua y se abrió la puerta de cristal opaco, apareciendo tras de ella una venus mojada.
    
    - Dámela, ya salgo. Observé como te secabas, creo que era la primera vez que veía a una mujer en esa faceta tan íntima.
    
    - Si te hubieras esperado, nos habríamos duchado juntos.
    
    - Bueno, si quieres, nos duchamos otra vez. Aproveché que estabas de espaldas a mí, secándote el pelo frente al espejo, para coger tus senos por detrás y darte besitos en el cuello mientras te decía al oído lo loco que estaba por ti.
    
    - ¿Tan loco estás?, ...
    ... dijiste girando la cabeza para besar mi boca y dejando caer tu mano hasta mi entrepierna. Palpaste durante un momento mi estado de excitación. Me quité la camiseta y el pantalón corto, únicas prendas que llevaba puestas, volviendo a cogerte los senos por detrás. Contorneabas el cuerpo para excitarme, notabas el calor de mi miembro en tu espalda. Te gustaba moverte para hacerme disfrutar, y lo estabas logrando. Apoyaste los brazos en el lavabo y te hiciste un poco para atrás, abriendo las piernas. Mi glande se abrió paso entre tus piernas. Cogí tu mano y la puse sobre él. Comencé a moverme como si estuviera dentro de ti. Lo frotabas mientras se desplazaba a lo largo de tu raja, lo sentías rozar tu clítoris y apretabas más fuerte. Tus pezones bailaban en mis manos y cuando apretaba tus senos, querían escaparse entre los dedos.
    
    - Me pones hirviendo. Me gusta todo lo que me das, me haces sentir una mujer afortunada.
    
    - ¿Qué quieres que te de ahora?
    
    - Quiero esto, lo quiero para mí sola. Todo para mí.
    
    - Sabes que siempre ha sido tuyo.
    
    - Cuando más lo deseaba, no lo tenía
    
    - ¿Solo deseabas esto?
    
    - Lo deseo todo de ti, me gusta como eres, me gusta que sabes ser cariñoso y también ponerte duro cuando a mí me gusta, me gusta tu olor, me gusta cómo respiras y también me gusta esto, creo que lo han cortado a medida para mí.
    
    - ¿Dónde te tomaron la medida?
    
    - Te gusta provocarme ¡eh!, prueba tú mismo a ver dónde encaja. La excitación iba en aumento. Me separé de ti ...
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