1.- Claudia, mi descubrimiento. - Relatos Eróticos

1.- Claudia, mi descubrimiento.

... mi vecina y tener a un macho para mí, me sentía como decepcionada y frustrada, sentía una gran impotencia de no poder lograr lo mismo que la golfa de mi vecina. Me asomé hacia la calle y vi que él cornudo de su esposo seguía esperando dentro de su coche mientras la puta de su mujercita se revolcaba con su amante.
Ya no me conformaba con solo mirarme frente al espejo vestida de mujer, sentía la necesidad de mostrarme ante la sociedad como lo que me gustaba ser, una mujer. Algo tenía que hacer para lograrlo. Por mucho tiempo fui perfeccionando en muchos puntos de mi feminidad, mi forma de caminar, mi voz, mi forma de vestir, mi maquillaje, mi forma de arreglar mi cabello etc., todo eso lo pude ver en videos y revistas, todos mis avances los aplicaba en la intimidad de mi habitación, a veces pasaba horas practicando incluso posiciones eróticas; me encantaba ponerme de perrita en 4 patas frente a mi espejo y así de cerca veía mi hermoso rostro en el espejo, en esa posición podía ver mis nalgas bien paradas, tenían la forma de corazón, se me veían hermosas y firmes. Ya estaba completamente segura que ya no me faltaba ningún detalle, todo estaba perfecto, únicamente faltaba llevarlo a la práctica; para ese entonces ya tenía más ropa y zapatillas. No dejaba de ver todos los detalles de mi sensual y excitante cuerpo. Ya no tenía ninguna duda de que la gente me vería justamente como una mujer y es que al mirar mi cuerpo frente al espejo ya no había ninguna duda de mi femineidad. Me ...

... acosté pensando salir vestida como tanto me gustaba y en un horario más temprano, ya no quería esperar hasta las madrugadas, ya estaba cansada de ocultarme. Me sentía tan segura que pronto esto se haría realidad; lo otro que quería hacer era mamarle la verga a un chico, era también algo que deseaba mucho y sin llegar a tener intimidad, únicamente quería tener un buen pene en mis manos y boca; pero por el momento deseaba salir muy linda a las calles sin ningún temor, lo demás estaba segura que llegaría por si solo; estas eran mis dos fantasías y las tenía que realizar, estaba decidida y nada ni nadie me iba a detener; estaba segura que después vendrían cosas más atrevidas. Yo trabajaba de lunes a viernes y decidí que pronto haría realidad esto que tanto deseaba; el siguiente sábado sería el día de realizar mis fantasías o por lo menos una de ellas. 
Durante toda la semana esperé ansiosa ese momento, no dejaba de pensar en eso y estaba muy nerviosa. Todas las noches que llegaba a mi casa, adoptaba esa personalidad que tanto me fascinaba, ser una linda mujercita; me maquillaba y me ponía mis vestidos, checaba todos los detalles de mi personalidad, ya estaba completamente segura, mi rostro se veía hermoso, mis vestidos los lucía muy bien, mi estrecha cintura contrastaba hermosamente con mis amplias caderas y abultados senos, mis piernas largas y estilizadas las cuales realzaban aún más gracias a mis zapatillas, revisaba una y mil veces mi cuerpo; incluso me veía muy bien hasta ...