1. La tostada


    Fecha: 10/03/2023, Categorías: Gays Autor: elalcalde, Fuente: CuentoRelatos

    ... parece no tener maldad, como si el que me esté metiendo mano acariciando mi muslo fuera de lo más normal del mundo. Su caricia repetida en mi muslo y su voz me convencen de que no es nada. Me quedo quieta, dejándome ir de nuevo hacia su cuerpo y notando que, efectivamente, su sexo está duro y se aprieta contra mi culo.
    
    Noto como su caricia amplia la zona: su mano ahora sigue el contorno de mi muslo, acariciando por delante y por detrás y sube hacia la cintura siguiendo el borde de mi braga. En la siguiente vuelta no sigue el borde de mi braga, sino que lo empuja hacia dentro, haciendo que quede más piel a su alcance y subiendo el borde de la camisa. Ese avance me pone un poco nerviosa.
    
    No haga eso. Quédese quieto. Ya está bien.
    
    Cae de nuevo la primera tostada. Aún necesita otra vuelta. La vuelvo a colocar y retorno a mi posición anterior. A pesar de lo que le he dicho, busco el contacto de su cuerpo y tiro un poco de la camisa hacia arriba, esperando que continúe. Cuando su mano vuelve, siento un cosquilleo agradable y me aprieto un poco más a su cuerpo. Noto su respiración en mi cuello.
    
    ¡Qué bien hueles!
    
    Noto que ha pasado al tuteo.
    
    Gracias.
    
    Ahora no le digo nada cuando vuelve a empujar el borde de la braga hacia mi culo dejando incluso que sus dedos se metan por debajo como si estuviera midiendo lo que le falta para convertirla en tanga. Ni cuando, de camino hacia la cintura, su mano arrastra la camisa y me acaricia la espalda por encima del borde de ...
    ... la braga.
    
    Cae la segunda tostada. Dejo que termine su caricia antes de ir a ponerla de nuevo al inicio para volver a apretarme contra él.
    
    Doy un respingo. Al volver a apretarme, he notado su carne entre mis muslos.
    
    ¡Eso no!
    
    Vamos, un poquito…
    
    Sus manos me sujetan por las caderas. No es que me estén inmovilizando. Simplemente me sujetan suavemente como pidiéndome que no me aleje. Me alejo un poco y sus manos no me retienen.
    
    Suspiro. Cedo y vuelvo a acercarme a su cuerpo aceptando su polla entre mis muslos. Pienso que se me ha ido la situación de las manos. Y mi voz me suena a falsa cuando le contesto.
    
    Vale. Pero solo un poquito.
    
    Sus manos abandonan mis caderas para bajar por el lateral de mis piernas y buscar la parte posterior para coger mis bragas y arremeterlas en mi culo tirando fuerte hacia arriba, dejando mis cachas al aire.
    
    Me aprieta contra él y siento todo su vientre contra mi espalda. Me siento acalorada cuando le devuelvo el apretón aceptando ese contacto.
    
    Las tostadas han caído de nuevo, pero no las hago caso. Prefiero seguir sintiendo sus caricias y sus empujones que hacen que su polla entre y salga entre mis muslos. La calorina sigue aumentando.
    
    Sus dedos se enredan en los lazos laterales.
    
    No me los quites…
    
    Es que la tela me está desollando…
    
    Los deshace. Tengo la tela tan metida por el culo que tiene que tirar de ella y separar su cuerpo para conseguir que caiga piernas abajo hasta el suelo. Luego vuelve a meter su polla ...