1. Tan sólo es un capricho


    Fecha: 28/02/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... con ellos, pero lejos de imaginar cualquier cosa seguimos hablando y observando lo que pasaba. Nada fuera de lo normal, sólo que bailaban muy apretujados. Eso era todo.
    
    Eran casi las dos de la mañana cuando ellos volvieron a la mesa. Mi esposa no llegó a sentarse, y dijo ir al baño a arreglarse un poco. El hombre si, haciéndole una seña de despedida a ella, se sentó a mi lado. Me gusta su señora, me dijo. Le miré un tanto sorprendido y me reí, pero un tanto curioso apunté; gracias, lo considero un cumplido. Pero, ¿a qué viene eso?, pregunté. No, simplemente que me ha gustado bailar con ella, lo hace muy bien y me ha pasado por la cabeza si se mueve igual en la cama, respondió. Volví a reírme impulsivamente y, un tanto serio, pregunté, ¿y es que se quiere acostar con ella? Pues, si ustedes me dan lo oportunidad, sí, contestó.
    
    ¿De qué han hablado ustedes dos mientras bailaban, se puede saber?, pregunté. Pues nada especial. Lo de siempre entre un hombre y una mujer; usted sabe. Yo, no voy a negarlo, estuve coqueteándole a su señora y me dio la impresión de que ella me correspondía. Le dije que me calentaba mucho su manera de bailar y le hice sentir que me tenía bastante arrecho, pero, quiero decirle a usted, sin faltarle al respeto. Fui directo con ella y le dije que quería saber si ella se movía tan bien en la cama como lo hacía en la pista de baile. Y ella me respondió que eso lo tendría que comprobar yo personalmente. Así que le respondí que me gustaría. Entendí eso ...
    ... como un sí.
    
    Después le pregunté que cómo íbamos a hacer. Entonces ella me dijo que todo era posible, sin tantas vueltas, pero que tendríamos que contar con usted, porque ella no hacía nada sin su consentimiento. Y por eso es que me he atrevido a hablarle como lo estoy haciendo. Pero, dije, ella no me ha dicho nada. Pues ella me pidió que lo hiciera yo. Y usted, pregunté, ¿no le da temor mi posible reacción? Ella me dijo, respondió, que ya han enfrentado situaciones como estas otras veces, y que puede que se dé, como puede que no se dé. Así que quien no arriesga un huevo no saca un pollo. Espero que no se moleste. No, no me molesta, contesté. Es solo que no teníamos eso en mente esta noche.
    
    ¿Sabe la hora que es?, dije. Sí, respondió, quizá no nos demoremos mucho. ¿Y a dónde vamos a ir a esta hora? Yo tengo habitación en el hotel, indicó. Recuerde que estoy de paso y estoy alojado aquí mismo. Muy conveniente, apunté. Es solo una coincidencia, replicó él. Si se puede, bien. Y si no, también. Bueno, esperemos que ella venga y decidimos qué hacer, repuse.
    
    Al rato llegó ella, bastante arreglada. Cero kilómetros y bastante apetecible a la vista. Bueno, ya Oscar, que era su nombre, me dijo el plan. ¿Estás de acuerdo? No sé de qué plan me hablas, contestó. Me quedé mirándolo a él, quien de inmediato intervino y dijo, pues que, si están de acuerdo, podemos subir a mi habitación, pues estoy alojado aquí, y compartimos un ratico. Me parece bien, dijo ella, si no te importa. Pues ...
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