1. Tan sólo es un capricho


    Fecha: 28/02/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... parece, musitó mi esposa.
    
    No había acabado la tanda de música y regresamos a la mesa. El otro muchacho, que allí estaba, debió hacer algún gesto o seña que yo no percibí, porque mi mujer ni siquiera se sentó, sino que espero al joven que recién se levantaba y volvieron a la pista de baile. De modo que, al acomodarme allí, los vi que se alejaban hacia la pista y empezaban a bailar. La música estaba bastante animada, así que justifiqué el que mi esposa decidiera seguir en la actividad, pues la verdad yo no estaba tan entusiasmado y requería algo de descanso.
    
    Y así fue. Me dieron bastante descanso, porque volvieron a la mesa pasadas tres largas tandas de baile, justo antes de que empezaran a servir la comida. El tiempo había pasado volando y yo me había entretenido charlando con varios colegas y conocidos mientras mi esposa bailaba a sus anchas. Aquel hombre estaba bastante atento con mi mujer, y yo vi aquello con buenos ojos pues se trataba de los anfitriones y querían causarnos, decía yo, buena impresión. Así que continuamos compartiendo durante la cena, charlando de todo un poco y tratando de evitar los temas de trabajo. Supimos que aquel hombre era casado, venía de otra ciudad y estaba allí para ser reconocido por su labor. Decía estar a gusto en nuestra compañía y estar disfrutando la velada.
    
    Terminada la comida, la música bailable empezó a sonar de nuevo. Yo tomé la iniciativa y la saque a bailar, no vaya a ser que aquel se me adelante, pensé. Y estuvimos ...
    ... bailando toda la tanda, con ritmos muy movidos, salsa y merengue principalmente, de manera que al pasar el tiempo el sudor ya evidenciaba el agradable esfuerzo que aquello significaba. Aguanté toda la tanda, por fortuna y volvimos a la mesa para reposar un rato. La otra tanda estuvimos sentados, descansando, y viendo como la mayor parte del auditorio disfrutaba de la velada.
    
    Cuando empezó una nueva tanda, nuestro anfitrión se adelantó y convidó a bailar a mi esposa que, sin reparo alguno, aceptó y salió nuevamente a bailar con él. Al parecer nuestros anfitriones habían sido del gusto de nuestras esposas, pues me vi charlando con el marido de la otra señora y nos dimos cuenta que la otra pareja, con la que poco habíamos hablado, ya no estaba en la mesa, e incluso la habíamos extrañado durante la comida. Concluimos que quizá ya se habían ido, y nos pareció un tanto curioso dado que la fiesta estaba en su furor. Quizá se fueron a otra mesa, porque tal vez no simpatizaron con nosotros y deben tener su grupo de amigos por allí, comenté.
    
    La música se tornó lenta y romántica, y nuestras parejas seguían en la pista de baile, así que pusimos atención para verlas. La música, la hora, el ritmo, que se yo, sugería una cercanía de cuerpos durante el baile y, claro, eso mismo estábamos observando. Ambas parejas bailaban muy estrechamente, cual tortolitos en cortejo. Incluso comentamos con el colega que, al paso que iban aquellas, refiriéndonos a nuestras esposas, iban a terminar encamados ...
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