La historia de Ángel, solo era un muchacho (53/59)
Fecha: 02/02/2023,
Categorías:
Gays
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... mi cuerpo.
-¡Ahhh! Me haces daño Pablo.
-Tu me has obligado, enseguida se te pasará. -volvió a dar otro empujón de caderas y el resto de su verga me penetró, hasta hacerme sentir los rizos del la pelambre del pubis y los huevos en mis nalgas. Era un escozor horrible el que me agarrotaba los músculos y me quedé quieto para evitar males mayores.
-Tranquilo gatito, tranquilo, ya sabes que pronto vas a gozar. -mi culo no recordaba ya aquella trompa de elefante que, o bien se había alargado o se había hecho más gorda.
-Ves lo que me obligas a hacer, no voy a permitir que nadie me quite lo mío y tu lo eres gatito, mío para tenerte cuando quiera, yo te enseñé, ¿no lo recuerdas?
Pablo se había quedado tranquilo, con todo su peso soportado como mi pecho, sin dejar que me moviera, y poco a poco se iba volviendo el Pablo que yo recordaba, el cariñoso amante que me mataba a besos y caricias, el hombre que me lo había enseñado todo en el sexo, el que me hacía gozar de la verga de otros hombres para los que me preparaba enseñándome; el dolor se iba marchando, mi culo respondía a la llamada de la verga del macho, a su exigencia de que la hiciera disfrutar con mi culo, a cumplir con mi obligación de pasivo entregado y sumiso.
Contraje lentamente mi ano apretándole la polla y la sacó un poco elevándose.
-¿Ya la sientes, la notas dentro de tu tripa gatito? ¿Te gusta?
Se dio por satisfecho al escuchar mis gemidos cuando la sacaba y volvía a meterla.
-Si que te gusta, ...
... siempre te ha encantado mi polla. -sus embestidas pasaban de lentas a rápidas, ya gozaba de la penetración profunda de aquella verga extraordinaria.
-¡Ahhh! ¡Ahhh! ¡Ahhh! ¡Ahhh! ¡Ahhh! Pablo, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!. - y gemía sin detenerme a pensar, solo me interesaba gozar de su follada, de como me tomaba con fuerza, de como su verga me rompía las entrañas.
-¡Sientes rico. ¿Eh? Gatito, sientes quien es tu macho ¿verdad?
-¡Ahh! Sí, sí, que rico Pablo, fóllame, soy todo para ti, ¡Ohhh! Dios, párteme el culo Pablo. -y mi amante se reía sin dejar de follarme en plena locura.
-¡Y no querías! Te conozco muy bien, mi verga te domina gatito.
-Sí, dame tu verga, dámela hasta el fondo, ¡Oh si! ¡Oh si! ¡Oh si! ¡Oh si! Así me gusta. -la cabalgada se había convertido en demencial y terminó cuando sin tocarme, temblé atónito ante el inmenso placer que aquel soberbio macho me entregaba, el continuó follándome durante varios minutos más hasta que no pudo resistir y se corría como un animal, como un toro entre gruñidos y gritos preñando el útero de la hembra.
Todo había terminado y permanecíamos en silencio, envueltos en la claridad plateada de la luna que entraba por las ventanas abiertas al fresco aire de la noche.
-¿De verdad quieres que me vaya contigo?
-Es que no tiene vuelta atrás, te vendrás conmigo tarde o temprano. -una amarga duda comenzaba a quebrar los cimientos de lo que me asegurado hacía bien poco. ¿Cómo era eso de que tarde o temprano…?
-Lo que si ...