1. 38.3 Dolor que no cesa


    Fecha: 19/06/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... horas de viaje y estancias en aeropuertos hacen que tenga los pies maltrechos.
    
    No han llegado todos mis compañeros, los que sí están en el hotel han cenado ya, tengo que estar un rato con ellas y saludarles antes de ir a mi habitación, solamente han llegado chicas, de los hombres aún no hay noticias, me entregan el programa de mañana y me piden que vuelva a bajar al bar cuando termine de prepararme, en casa me han metido algo comer y lo hago mientras llamo a Nico para decirle que he llegado bien.
    
    —Tu cuñado me ha dado recuerdos para ti. –le escucho como ríe.
    
    —¿Qué acabas de decir? —imagino la cara de los dos cuando le ha gastado esa broma su hermano Jaime y sonrío pensando en su cara de divertido tunante.
    
    —Es lo que él ha proclamado y lo ha hecho delante de mis padres y Lucia. –ahora mi sonrisa es carcajada.
    
    —Se habrán enfadado con él —tengo que esforzarme para apartar de mi cabeza la cara tan estirada de su madre y esos gestos de molestia que ostenta a veces.
    
    —No te creas, Lucia se ha puesto a reír como una loca igual que Jaime y ellos han seguido comiendo tan tranquilos, como si no fuera con ellos.
    
    —¿Y qué haces aún en Madrid?, te van a echar del trabajo. –le escucho un buff desdeñoso.
    
    —Le tengo a Thomas allí y estará haciendo el trabajo de los dos, además voy mañana y el martes rendiré como un sherpa del Himalaya.
    
    Después de hablar con Nico tomé una ducha que me dejó como nuevo, y como el programa no comenzaba hasta el día siguiente, me vestí ...
    ... como a mí me gusta para bajar un rato con los demás.
    
    Estaba metido en la cama cuando sonó el teléfono del hotel, lo busqué desesperado, no dejaba de sonar y no lo encontraba en la mesita de noche, tuve que encender la luz y verlo sobre el mueble al lado del televisor. Pensaba que podía ser de recepción, o alguien de la empresa con instrucciones para mañana, o también podía ser un compañero que había llegado y quería hablarme.
    
    —Sí, Daniel… —estaba intentando localizar un bolígrafo y papel para apuntar lo que fuera y por poco se me cae el teléfono por la sorpresa que me llevé.
    
    ¡Hola!, buenas noches Daniel. –su voz sonaba entristecida, pero en absoluto lastimera.
    
    —¡Gonzalo!, ¿qué sucede? —pensé rápidamente en sus abuelos, aunque a su abuela la había visto bien en el funeral de Ál.
    
    —No te alarmes, no sucede nada malo. ¿Cómo ha ido tu viaje? —no acababa de entender el motivo de que me llamara, nunca lo había hecho y cuando alguno me llamaba era siempre Ál.
    
    —Ya ves, estoy en el hotel y ahora he venido de hablar con mis compañeros, todo ha ido muy bien, pero estoy un poco cansado. –me callo y espero que sea él quien continúe.
    
    —Tenemos que hablar Daniel. Necesitamos charlar despacio y preciso aclararte muchas cosas. No te voy a pedir nada, o quizá que me perdones. –tengo que interrumpirle, necesito dormir y descansar.
    
    —Gonzalo, no me hagas esto por favor, otra vez no lo podría soportar, todo está olvidado y no tengo que perdonarte nada. –no deseo volver a revivir ...
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