1. La historia de Ángel, solo era un muchacho (34)


    Fecha: 28/01/2023, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... continuó empujando y dándome pequeños golpes de cadera hasta que estuvo totalmente dentro de mi cuerpo.
    
    Descansó permaneciendo quieto, dejándome sentir el palpitar de la polla dentro de mi culito mientras me besaba apasionadamente, pero sin excesos.
    
    -Gatito, es un placer follarte y sentirte así de tierno. -Álvaro era muy diferente a mi Pablo haciéndome el amor, en él todo era cordura y sensatez.
    
    Chupaba mi lengua moviéndose con lentitud, sin prisas, en este momento parecía que el tiempo era infinito para él y se olvidaba de tu acuciante trabajo como si no existiera. Yo era lo más importante y a lo que se dedicaba con maestría amorosa.
    
    -¡Ohhh! Mi maravilloso amante, mi Álvaro, me follas tan rico, te siento muy dentro mi vida, y me vuelves loco. -mi ano se adaptaba a su verga como un guante de seda, y yo lo apretaba lo suficiente para que entrara y saliera sin dificultad, resbalando por el canal y rozando las paredes lo suficiente para que los dos lo gozáramos y gimiéramos de dicha en nuestras bocas.
    
    -Me voy a correr gatito, tu culito es una vaina deliciosa, eres increíble mi amor, me ...
    ... viene el orgasmo…
    
    -Lo se, siento como se te engorda la verga, dámelo todo, lléname de semen amor, ahora soy tu mujercita y quiero que me preñes la barriga. Vacíate, así tan rico, mi vida.
    
    La paz se había acabado y ahora Álvaro me clavaba con tremenda fuerza, me enterraba su maravilloso falo a velocidad vertiginosa logrando que también yo necesitara correrme. Se contrajeron mis testículos expulsando con fuerza la leche que contenían y mi culito aprisionó la dura polla de mi amante que se quedó clavado, respirando dificultosamente mientras los chorros de semen se depositaban en mi vientre.
    
    ——————
    
    Álvaro pidió bañadores para nadar un rato en la piscina climatizada del hotel, y volvimos a la habitación después de divertirnos nadando hasta terminar agotados.
    
    Nos duchamos y preparamos el escaso equipaje que había cogido.
    
    -¿Donde quieres que comamos?
    
    -En casa, con tus padres, llamaré a Victoria para advertirle.
    
    -Podemos comer fuera, hay muchos restaurantes.
    
    -En casa, es donde mejor estaremos.
    
    Los dos evitábamos nombrar a Pablo, aunque ambos le teníamos en nuestras cabezas.
    
    Seguirá… 
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