1. Entre la viudez y el deseo (2)


    Fecha: 10/12/2022, Categorías: Confesiones Autor: hotmom, Fuente: CuentoRelatos

    ... sentí su miembro en mis nalgas; pero especial, supuse que por el material del vestido y no traer ropa interior. Empecé a excitarme al sentir como crecía su miembro y se ponía duro. De repente, frotaba mi trasero en su miembro al mismo tiempo que volteaba para besarle la boca.
    
    El atardecer caía ante nuestros ojos y la brisa marina humedecía nuestros cuerpos. No dejábamos de besarnos y la excitación crecía. Había dos tumbonas en el balcón, entonces me acercó a una de ellas y me dijo que pusiera mis rodillas en ella. Tomó mis caderas y me pidió que recargara mis manos, de tal manera que quedé en posición de cuatro, como le llaman.. Entonces levantó mi vestido y empezó a acariciarme mis nalgas, mis muslos y mis pantorrillas. Después el interior de mis muslos. A pesar de la humedad del ambiente me sentía un poco reseca. Recordé que traía un gel en mi maleta, pero no quería interrumpir este momento. Supongo que él se dio cuenta de mi resequedad y entonces acercó la punta de su miembro a mi vagina, la cual se empezó a humedecer con los fluidos suyos. Me penetro suavemente pero no totalmente y después se retiró y continuó con sus dedos hurgando mi vagina y luego mi clítoris, todo ello magistralmente, sin prisa y delicadamente. Y ante mis ojos, la inmensidad del mar. Mi excitación aumentaba, él lo sentía perfectamente pues identificó el instante perfecto y empezó a penetrarme.
    
    Indescriptible lo que estaba sintiendo, pues encontró el momento perfecto para sólo penetrarme. No ...
    ... me envestía, lo hacía suavemente…por lo que mi gozo se iba acumulando. Sentía el tamaño de su miembro y su erección firme. No dejaba de preguntarme si me dolía o si me sentía incómoda; también me preguntaba si me gustaba como lo estaba haciendo. Yo le decía que estaba bien y que no se detuviera. No sé cuánto tiempo estuvimos así. Me sorprendió que su miembro se mantenía rígido y sin la urgencia de eyacular. Entonces le dije que no se moviera, que se mantuviera quieto. Yo empecé a mover mis caderas en forma circular y él coordinaba el movimiento con sus manos en mis caderas. Me estaba gustando pero también me estaba cansando, hasta que, continuando con el mismo movimiento, sacaba un poco mi vagina de su miembro para concentrarme en su punta, del tal manera que sentí como su excitación aumentaba y como venían en camino sus fluidos. Explotó dentro de mí y sus gemidos no se detenían. Yo me excité pero no tuve un orgasmo, sentí demasiado semen en mi vagina. Sacó su miembro y yo me paré sin saber si ir al baño o qué, pues no tenía alguna toalla cerca de mí. Entonces su semen empezó a escurrir y caer una parte en el piso y otra a deslizarse en el interior de mis muslos. Como no tengo matriz, pues me operaron hace tiempo, el semen se me sale inmediatamente después de tener relaciones sexuales.
    
    Nos quedamos acostados en las tumbonas, un poco cansados, dormitando, mientras la luz se desvanecía sobre el mar y la oscuridad impedía mirarlo. Seguimos así, hasta que coincidimos en que ...
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