1. Nunca digas nunca, yo lo dije y...


    Fecha: 08/12/2022, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... que natural, tomada en pequeñas dosis, hace que la mujer, como Brenda, sea capaz de hacer cualquier cosa, aunque ella no quiera.
    
    -Hijo de puta, ¿así que me volvió ninfómana solo para darse gusto conmigo?
    
    -No te preocupes, Brenda, una vez pase el efecto, volverás a ser la misma chica de antes.
    
    - ¿Estás seguro? Eres un cabrón, con qué razón yo no entendía su proceder.
    
    -Ni yo tampoco, sabía que algo extraño me pasaba, pero no sabía qué, entonces, cuando me pase el efecto, ¿volveré a ser como antes?
    
    -Ya te dije que sí, pero ahora vas a hacer algo que dijiste que no querías, a ver Lucía, pongámonos en cuatro para que nos chupe el culo a los dos.
    
    -Qué asco, pero tiene razón, en estos momentos soy capaz de cualquier cosa. Solo drogada puedo llegar a ser tan puta.
    
    Y nos chupó el culo, incluso nos metió un dedo a cada uno dentro de nuestros culos y nos decía que éramos unos viejos degenerados, hijos de puta, a mí me decía que era una perra de mierda, a mí marido que era un puto reprimido; que nos amaba y odiaba al mismo tiempo, en fin, parecía que todas las obscenidades salían de su boca como culebras venenosas, pero para nosotros sonaban como cantos celestiales llenos de excitación.
    
    En eso mi marido se tiró sobre una tumbona, le dijo a Brenda que lo cabalgara y ella enloquecida se tragó toda la verga por su panocha, yo aproveché para mamarle el culo a ella y los huevos a mi marido, los dos se ...
    ... quejaban como fieras heridas, en eso escuché como mi marido le cruzaba la cara de una bofetada, Brenda gritó de placer y le dijo que le diera más fuerte, yo solo miraba como su cabeza se hacía de un lado a otro con cada golpe, a mí también me entraron ganas de golpearla, le metí tres dedos en el culo, la nalgueaba, y la zangoloteaba del pelo, mi marido le abofeteaba las chiches y ella pedía que le diéramos más fuerte, en eso pego un grito como de dragonia prehistórico y se vino en un larguísimo orgasmo.
    
    Mi marido le ordenó que se acostara sobre la grama y le baño la cara de semen, ella como si fuera el mejor de los manjares, se tomaba la poca leche que a mi marido le quedaba, luego me volteó a ver y yo entendí su perversión, yo me senté en la cara de Brenda y le dije que abriera la boca, pujé y empecé a mearla, mientras mi marido nos meaba a las dos, Brenda tomaba nuestra lluvia dorada como si fuera la bebida más exquisita, ella hacía gárgaras, cuando terminamos de mearla, ella me acostó y se meó en mi cara, que cosa más rica, jamás pensé que se atrevería a hacerlo, estaba claro, Brenda se había graduado de puta, ese fin de semana. Salimos a las cinco de la tarde, a mí se me cerraba los ojos, apoyé la cabeza en el sillón y me dormí.
    
    Espero no despertar de nuevo a la par de mi esposo, ojalá todo esto que viví no sea solo una fantasía, me acomodé en el asiento de atrás de la camioneta y me quedé dormida. 
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