... novia viendo al hombre
Nata: bueno, se llama Julián, cumplió 28 años el septiembre pasado, como podrás ver es súper guapo –todos reíamos– le gustan las niñas más jóvenes que el como yo –reíamos más– ammmm y es excelente en la cama –decía y todos reíamos aún más, él la abrazaba
Mariana: mucho gusto “señor excelente en la cama” –decía sarcásticamente mi novia, todos reíamos más y se saludaban de mano amablemente, el apretaba firmemente la mano de mi novia, Nata me veía esperando algo, yo me encogí de hombros
Yo: ¿qué? –dije y ella reía
Nata: estás todo tarado jaja ¡preséntala como es debido! -decía riendo, yo reía, pero ella no me dejó responder en realidad, prosiguió– a ver mi amor, ella se llama Mariana tiene ammm 22 como Franco? –preguntaba curiosamente a mi novia
Mariana: si, los cumplí en enero –respondía rápidamente
Nata: ok, 22, es la novia de Franco, es súper linda como podrás ver… -ella pensó un segundo– y tiene un culazo –decía manteniendo el mismo todo sarcástico y todos reíamos
Julián: mucho gusto “señorita del culazo” –decía el hombre con una voz bastante profunda, volviendo a tomar la mano de mi novia, reíamos muy fuerte
Nata: y ya conoces al mensillo de Franco –decía riendo, éramos buenos amigos, algo cercanos, no mi mejor amiga, pero si alguien con quién había tenido charlas intensas y largas varias veces, se permitía la hostilidad amistosa
Nata abría un pequeño refrigerador oculto por un lado de su asiento y servía champaña en unas ...
... lindas copas de cristal, me sentía casi culpable de beber eso, lucía caro, pero ella lo servía abundantemente y la culpa se fue pronto. Bebíamos y charlábamos, la plática fue de conocernos mejor, nos hacíamos preguntas directamente sin vergüenza.
Resulta que ellos llevaban 3 años juntos, ella lo había conocido en un spa, el spa de los padres de él, negocio que el manejaba. Nos contaba que eso pagaba las cuentas, pero que intentaba dedicarse lo más posible a su verdadera pasión, la pintura, otro niño rico.
La charla fue tan amena que las 3 horas de camino pasaron como agua entre risas. Cuando llegamos ya era algo tarde y estaba oscureciendo, tal vez las 8 pm. la limosina entraba en el enorme jardín delantero de la lujosa casa, se acercaba a la puerta y había 2 mujeres con uniforme azul cielo impecablemente limpio y ordenado, todos salíamos torpemente de la limosina, algo ebrios después de 2 botellas de champaña.
Las mujeres se presentaban rápidamente, decían su nombre y la empresa para la que trabajaban, escuché atenta, curiosa y amablemente su presentación mientras Nata y Julián parecían ignorarlas, supongo estaban acostumbrados, a mí me parecía algo curioso por la novedad y ellas terminaban con algo como “nosotros nos encargaremos de su comodidad”.
Las mujeres iban a la parte trasera de la limo, Nata les indicaba cuáles eran las maletas de ellos y yo hacía lo mismo, casi las ayudaba pero Nata me jaló del brazo “tienes que ver esto” yo dudé un segundo viendo a las ...