... bien algún cambio de ropa formal para “una sorpresa” que nos tenía preparada. Ella me mostró algunas fotos de la casa durante la semana antes de ir, era una de esas casas de aspecto rústico, pero lujosas, enorme, con 6 habitaciones, balcón a la piscina, un pequeño bar junto a la enorme sala e incluso una cancha de tenis funcional, para rematar un lindo jacuzzi a lado de la piscina.
Le insistí a mi amiga en saber sobre “la sorpresa” ella no quería revelar nada pero después de varios días insistiendo Nata me dijo emocionada que había contratado un asombroso paquete para 2 parejas, para “un fin de semana romántico” con una empresa que se dedicaba a vender “experiencias”, cosas de rico supuse, insistí en que me diera el precio o me mostrará alguna clase de flier publicitario, ella insistió en qué ella invitaba. Ante mi insistencia sobre saber que era ese paquete, me dijo que por ejemplo la empresa enviarían un chef y meseros para montarnos una cena romántica, “pero no insistas wey, déjate sorprender, va estar chingón”.
A mi novia y a mi nos emocionaba vivir ese pequeño pedazo de vida de ricos, no habíamos vivido como indigentes antes de la universidad, pero algo como planear unas vacaciones requería ahorrar algunos meses, ya sabes, como para cualquier otra persona “normal”.
Quedamos de vernos en un jardín cercano a la universidad el día que partiríamos, cuando se estacionó una limosina negra e imponente básicamente frente a nosotros ni siquiera sospechamos un poco y ...
... seguíamos a lo nuestro, pero después de unos segundos Nata asomaba medio cuerpo por el quemacocos “¿van a venir o no? Jajaja” no pudimos ocultar nuestra grata sorpresa y caminamos tímidamente con nuestras maletas al lujoso vehículo.
Nata nos recibía dentro del espacioso vehículo, ventanas polarizadas, asientos de piel, luz tenue, todo daba privacidad interna y el que fuera tan espacioso y los asientos tan cómodos lo mejoraba.
Nata saludaba amablemente a mi novia Mariana, yo conocía a Nata por las clases en mi universidad hace 2 años, pero yo tomaba clases con ella no Mariana, ellas solo habían intercambiado el saludo el 90% de las veces que se habían visto y si acaso habían charlado un par de veces conmigo presente, ellas básicamente solo se conocían de vista, pero no eran amigas.
Dentro estaba también ya el novio de Nata, era mayor por algunos años a nosotros, de aspecto viril, no exactamente guapo, pero si con un rostro con rasgos fuertes, muchas mujeres dirían que era “guapo como un hombre” barba bien cerrada y abundante pero perfectamente cuidada, su camisa ajustada revelaba buenos músculos, no enormes, delgado, pero bastante fit. Yo lo había visto solo un par de veces, él no estaba en la universidad, mi novia lo veía por primera vez. Él nos saludaba amablemente y mi novia y yo tomábamos asiento.
Nata: creo que tú no conoces a mi macho jaja –le decía a mi novia jocosamente riendo un poco, apuntando a su novio
Mariana: no, de hecho, no –decía amablemente mi ...