1. Madre exhibicionista


    Fecha: 20/10/2022, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... miradas con ella, reaccionara poniéndome colorado como un tomate.
    
    A pesar de ello, mis hormonas continuaban en ebullición, y aquel sentimiento de culpa o vergüenza, no evitó que cada vez que tenía oportunidad por quedar a solas, usara sus braguitas para masturbarme como un poseso frotándome con la almohada hasta enchárcalas de semen.
    
    Reitero que el tabú del incesto evitaba que la imagen de mi madre apareciera en mis fantasías sexuales y siempre me masturbaba fantaseando con sus amigas, maduras amas de casa que me provocaban un morbo brutal.
    
    Pasadas unas semanas, y ya más tranquilo, aproveché una de aquellas visitas de sus amigas para deleitarme observándolas y aumentar las imágenes con las que después fantasearía.
    
    Solían tomar café en la mesa del salón. Ésta, de forma rectangular y seis sillas, se encontraba frente al sofá, siendo la altura de las sillas superior al mismo. Aquello me proporcionaba un ángulo de visión optimo, quedando mi cabeza prácticamente a la misma altura que el asiento de las mismas, por lo que, en cualquier cruzamiento de piernas o descuido, y con algo de suerte, podría verles las braguitas.
    
    Me acordé de que mi madre se había percatado de aquellas miradas lascivas hacia sus amigas, pero creí que esta vez lo haría con tal disimulo que jamás se daría cuenta de ello.
    
    Se sentaron dos de ellas en los extremos de la mesa, por lo que, quedando de perfil a mi punto de observación, me sería imposible ver nada aunque se abrieran de piernas por ...
    ... completo.
    
    Frente a mí, y en el mejor lugar, se sentó Nuria, pero, para mí mayor desilusión y desesperación, llevaba pantalones.
    
    A su lado se sentó mi madre, la cual me miró sonriendo como si se hubiera percatado de que se me habían chafado las intenciones.
    
    Tampoco era cuestión de levantar sospechas levantándome del sofá y abandonar el salón con cara de disgusto, y por mucho que aquello no augurara la más mínima oportunidad de alegrarme la vista, permanecí sentado en el mismo fingiendo que leía una revista.
    
    Las escuché hablar de temas intranscendentes que ni me iban ni me venían. Aburrido, tras unos minutos leyendo la revista, y sin pretensión alguna, alcé la vista hacia donde se encontraba el grupo de amas de casa.
    
    De forma instintiva, y a pesar de recordar perfectamente que Nuria portaba pantalones, dirigí la mirada a la altura de sus piernas.
    
    Obviamente no pude ver nada, pero algo me llamo la atención, y acto seguido desvié la mirada unos centímetros a la derecha donde se encontraban las piernas de mi madre. Ella si portaba un vestido por debajo de las rodillas, pero… incomprensiblemente… se había colocado el bajo del mismo por encima de las mismas, y éstas se encontraban semiabiertas, de tal forma que, un triangulito blanco invertido resplandecía de forma manifiesta.
    
    Abochornado, y a pesar de que aquel triangulito me llamaba poderosamente la atención, aparté la vista por tratarse de mi madre.
    
    Sin embargo, y para mi mayor vergüenza, mis ojos volvían ...
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