La limpiadora
Fecha: 20/10/2022,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
... corridas eran enormes, pero aquella limpiadora insatisfecha no tuvo reparos en engullir toda la lefa que escupió mi polla.
Al levantar la cabeza, algunos restos blanquecinos se salín por la comisura de sus labios. Con total normalidad los recogió con sus dedos y se los lamió. Yo estaba exhausto, derrengado en el asiento mientras ella comenzó a ponerse la camiseta. Mi polla había perdido dureza y caía, algo flácida, sobre el lado izquierdo. Rocío se acercó y me agarró los cojones con su mano:
-Joder, niñato, vaya cantidad de leche que echas en cada corrida. Mi marido no puede generar tanta.
Sin apenas comentar nada nos pusimos en marcha y menos de cinco minutos estaba dejando a Rocío en la puerta de su casa. La despedida fue fría, tampoco era momento de romanticismos, allí delante de la puerta de su casa con los vecinos mirando. Esperé un rato viendo como aquella mujer de 47 años se alejaba de mi coche y entraba en el portal de su casa.
Aquella noche, con el calentón, volví a tener movida con Marta, mi chica. Yo estaba siempre excitado y aquella noche quise que se tragase mi corrida como había hecho Rocío por la tarde, pero mi novia era bastante más estrecha que la limpiadora y puso el grito en el cielo:
-Pero ¿qué dices, joder? Qué asco. ¿Por quién me has tomado, por una puta?
Otra bronca por culpa de Rocío. La limpiadora me había mostrado una manera de tener sexo que parece que nunca me daría Marta así que desde aquella noche nuestra relación fue de mal ...
... en peor hasta que una semana después decidimos dejarlo. He de decir que ella lo pasó mucho peor que yo, ya que en mi caso estaba encoñado con la pureta y me moría de ganas por follármela cada día.
Durante el mes de agosto tuvimos pocas oportunidades de quedar a solas, con lo que las reservas de semen en mis huevos iban aumentando considerablemente. La posibilidad de volver con Marta y echarle un polvo era algo que había descartado desde un principio, además durante la segunda quincena de agosto me enteré que se había marchado a Ibiza con unas amigas. No me importó lo más mínimo.
Por fin en la última semana de agosto todo se cuadró a mi favor. Con casi todo controlado, y en vista de que en pocos días se irían todos los turistas y no entraría nadie, el trabajo se hizo más relajado. Fue un viernes cuando Rocío me hizo saber que podríamos quedar. Sus hijos se marcharían a un campamento y su marido tenía turno de noche. A las 11 de la noche llamé a la puerta de su casa. No nos dimos tiempo a nada. Inmediatamente cerramos la puerta nos comimos la boca mientras nos desnudábamos camino de su dormitorio matrimonial.
En una cama KS, nos tiramos abrazados. Ella me agarraba el culo y yo le comía aquellas impresionantes tetas. Entre suspiros y gemidos de placer comencé a masturbarla al tiempo que recorría con mis labios y mi lengua, su boca, su cuello y sus tetas. Rocío se mostraba encantada con mi entrega. Lamí con mi lengua su cuello dejando sobre su piel un camino de saliva ...