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La limpiadora
Fecha: 20/10/2022, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
... Rocío, voy en dirección contraria se apresuró a contestar mi compañera. -No te preocupes que yo te llevo. Me ofrecí sabiendo que aquello tenía alguna razón. Nos montamos en mi coche y salimos en dirección a la carretera que llevaba a la población de Rocío: -Para por aquí. Me dijo la limpiadora al pasar por un carril de tierra que se perdía en un pinar. Sin duda aquello era un picadero donde los adolescentes iban a follar. Paré el motor. Nos miramos: -Me tendrás por una puta, ¿no? -No. Te tengo por una casada aburrida de su matrimonio. -Pues sí. Mi marido es muy bueno, pero llevamos demasiados años juntos y el sexo con él no me satisface. Y contigo -dijo esto mientras me agarraba el paquete. No le di tiempo a seguir y la besé. Su boca sabía a chicle de menta. Le metí la lengua hasta la campanilla. Ella me correspondía ansiosa. Me mordió el labio inferior y sin dejar de manipular mi pantalón hasta liberar mi polla erecta. Bocio se separó de mi para acomodarse de rodillas en el asiento el copiloto. Miró por la ventanilla antes de quitarse la camiseta por la cabeza y exhibir ante mi sus dos melones aprisionados por el sujetador. Llevando sus manos a su espalda y sonriéndome se deshizo de la prenda para dejar al aire aquellas dos maravillas de la naturaleza. Sus pezones, endurecidos por la excitación, parecían más gordos aún de lo que eran. Luego me agarró la polla. La apretó y tiró de la piel hacia abajo para descubrir mi capullo, gordo, de piel ...
... tirante: -Vaya rabo que tienes cabrón. Rocío se inclinó sobre mi entre pierna y se introdujo mi polla en la boca. No pude evitar un suspiro de satisfacción cuando aquella casada que podía ser mi madre comenzó a comérmela. Lentamente, su cabeza descendía hasta topar su nariz con mi pubis. Sentía como mi capullo se iba acomodando a su cavidad bucal encajándose en su garganta. Sin duda Rocío era una auténtica puta-comepolllas. La agarré por la cabeza y comencé a marcarle el ritmo de la mamada. Ella se dejaba hacer. Introduje mi mano derecha por debajo de su torso hasta agarrar una de sus tetas y comencé a acariciarla, me centré en su pezón gordo. Se lo pellizqué y tiré de él mientras la mujer había empezado a acelerar el movimiento de su cabeza: -Así, joder, así puta. Me estaba embruteciendo. Agarré su melena y la obligué a tragársela entera. Sentí que no podía respirar y la liberé. Ella se incorporó para tomar aire e insultarme: -Cabrón, me vas a ahogar. Volvió a inclinarse y tras escupir en el capullo continuó con su mamada. Después de diez minutos sentí como su succión estaba a punto de ordeñarme. De nuevo le agarré la cabeza y ahora comencé a follarle la boca. Sin compasión moví mi cadera incrustándole la polla muy dentro. Ella puso su mano como tope para que no le golpeara la garganta evitando así una posible arcada. Por fin le anuncié que me iba a correr: -Me corro, perra, me corro. Rocío no se retiró y se tragó toda mi leche caliente. A mis 22 años, mis ...