1. La limpiadora


    Fecha: 20/10/2022, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos

    ... y me metía la lengua hasta la campanilla. Se le veía ansiosa de sexo. En mi caso, era más morbo que ansiedad. Llevaba seis meses saliendo con una chica de 19 años y follábamos con asiduidad. Pero las tetas de la limpiadora me tenían obnubilado. Marta, mi chica era menudita, muy guapa de cara, pero con poco pecho.
    
    Rodamos por la cama de matrimonio de aquella casa anónima. Nos comíamos la boca y comenzamos a desnudarnos. Mi cuerpo fibroso y juvenil contrastaba con el de aquella madura con algo de sobrepeso. Al quitarle el sujetador aparecieron dos impresionantes tetas de aureola marrón claro y pezón gordo. Sin pensármelo me lancé a comérmelos:
    
    -Joder, cómeme las tetas niñato.
    
    Se las mordí, se las chupé, se las mamé. Eran inabarcables. Mis labios succionaban sus maravillosos pezones mientras Rocío no paraba de gemir y buscar con sus manos quitarme el pantalón.
    
    La ayudé poniéndome de rodilla y facilitando la maniobra. Sin perder tiempo me liberé de toda mi ropa y me exhibí desnudo ante aquella limpiadora. Mi físico estaba perfectamente definido con el entrenamiento del equipo y sobre todo con mis 22 años. Ella alabó mi polla antes de engullirla como zorrita hambrienta:
    
    -Dios que gustazo de boca.
    
    Era la primera vez que me la mamaba una puerta. Y esta se esforzaba en hacerlo a la perfección. Mi polla se derretía en el interior de la boca de Rocío, que estaba desatada.
    
    Antes de correrme le ordené parar. La tumbé boca arriba y le bajé las mallas ajustadas junto ...
    ... con las bragas. Ante mi un coño cubierto por un triángulo de rizos negros del que emanaba un intenso olor a sexo. Le acaricié la mata de pelos mientras la mujer abría las piernas ofreciéndome su intimidad. Notaba el calor de su raja.
    
    Me lancé de cabeza a comerle el coño. Mi novia lo llevaba totalmente rasurado. Y las dos chicas con la que me había liado antes de ella también. Era la primera vez que me comería un coño peludo. Qué cosa más rica, joder. Separé los labios vaginales de Rocío para deleitarme con el manantial rosado que tenía delante. Pasé mi lengua desde el ano de la limpiadora hasta su clítoris. Saboreando el flujo que inundaba el coño y metiendo la lengua en cada pliegue de aquella vagina madura.
    
    Rocío no se cortó a la hora de gemir con la maravillosa comida de coño que le estaba dando. Entre sus piernas, con algo de celulitis, me esforcé en darle un placer que parecía no disfrutaba hacía mucho tiempo:
    
    -Come cabrón, come. A la limpiadora le iba el sexo sucio y malhablado y a mí me encantaba. Sobre todo porque a mi novia no le ponía nada que la insultara.
    
    Comencé a masturbarla con mi lengua al tiempo que le metía tres dedos en el coño. Su musculatura se tensaba para apretar el grosor de las extensiones de mi mano:
    
    -¿Te gusta, zorrita?
    
    -Méteme la polla niñato.
    
    -¿Quieres polla, zorra? ¿Quieres esto? Le dije moviendo mi polla con una erección de caballo en la que se marcaban las venas.
    
    Sin darle tiempo, le separé las piernas y se la hundí hasta ...
«1234...8»