... una situación desagradable contigo en este lugar.
-Quedate tranquila Hilda. Veo que eres una mujer muy abierta y simpática, pero a la vez ubicada y respetable. Aquí suelen venir mujeres de todo tipo, incluso esposas infieles de personajes conocidos. Y ni siquiera tienen el pudor de ocultarse un poco al pasar por el control de ingreso, son unas descaradas. Algunos vienen a practicar sexo grupal. Una de las parejas que entró recién es swingers, pero vinieron solos.
-Que bien. Aunque tengo entendido que en la mayoría de los telos no admiten más de una pareja.
-Es cierto, pero aquí generalmente son habituales o clientes y nunca han causado problemas. -me dijo.
Este tema me causó mucho morbo, pero mi aparente pasividad no daba motivo a Gustavo para abordarme. Me contó que hasta sus 37 fue futbolista de primera división, se notaba en sus voluptuosos muslos bajo el jean. Su figura y su personalidad me copaban y me impacientaba dejar pasar el tiempo con tanto decoro.
-Gracias Gustavo por considerarme respetable. Soy una mujer casada con códigos y trato de evitar a los hombres demasiado lanzados, creo que vos sos un caballero y me gustás porque me hacés sentir cómoda. A pesar de estar en esta cama casi desnuda sin conocerte, me siento muy a gusto con vos.
Había comenzado otra peli con un negro mandingo que portaba una verga descomunal como de unos 28 o 30 cm y una jovencita rubia muy menudita, verdaderamente una Barbi. Ella se la chupaba, salivaba y tragaba casi ...
... completa, algo increíblemente espectacular. Yo cambié el tema de su discreta charla y le dije.
-Mirá, esa pobre chica, quizás ha sido obligada a filmar el video con ese negro. Aunque no veo que sufra demasiado, hasta me estoy acalorando un poco viéndola, jaja -Yo no podía evitar tocarme la pelvis a través de la camisa semiabierta mientras miraba la tele y Gustavo lo notó.
-Te voy a contar una infidencia Gustavo. Mi esposo es mayor que yo y venimos a estos lugares para ver si él se motiva y logramos tener buen sexo, pero hoy fue un fracaso, ya ni con viagra funciona, jaja. Me he quedado bastante preocupada por no decir exaltada. Creo que tendría que hacerle una transfusión de sangre de un negro como el de la película. Lo malo es que eso no le solucionaría el problema de su tamaño S, jaja.
Gustavo notaba mi inquietud y a pesar que yo dialogaba con cierta gracia, percibía mi excitada respiración. Entonces se decidió y sentí su mano sobre la mía. Mi reflejo fue inmediato y le respondí apretando sus dedos, luego posé su mano sobre mi pelvis totalmente depilada. Sus suaves caricias bajaron hasta mi vagina empapada en jugos y continuaron con masajes en mi clítoris. Los botones de mi camisa se fueron soltando con la ayuda de mis dedos. Mi temperamento hizo explotar mis deseos al punto de venirme. Separé su mano de mi sexo apretando mis piernas para contenerme. Gustavo lo percibió y de inmediato se quitó la ropa al notar mi premura. Le ayudé con su bóxer y al deslizarlo sobre sus ...