... enormes muslos se levantó un pene magnífico que quedó oscilando en el aire como un resorte. Se lo tomé con ambas manos, una a continuación de la otra tratando de cubrir su largo de 20 o 22 cm, sin poder juntar mis dedos por su grosor.
-Hay Gustavo, no sé que estoy haciendo, pero hay algo en vos que no puedo ignorar. -Le dije mientras observaba deseosa su verga gigantesca emergiendo de su cuerpo perfecto, con abdominales muy marcados. Lo besé apasionadamente y él me correspondió con su lengua en mi boca, aumentando a full mi calentura.
-No lo tomes a mal pero quisiera saborear ese maravilloso pene, mi vida.
Ya sin control, me zambullí sobre su pija y comencé a chupársela metiéndome casi la mitad hasta la campanilla pero la tenía muy dura y no logré tragármela toda como la chica del video. Lo intenté 3 veces más pero las arcadas que me producía su botón al atravesar la glotis expulsaban mi saliva a borbones bañándole hasta los huevos. Después de un buen rato de masturbación y chupadas desde la cabeza hasta los huevos, con sus manos friccionándome la vulva, liberé un orgasmo atroz. Luego me monté a caballo de frente a él, se la tomé y me la metí en la vagina empapada en flujos, empezando a galopar desesperadamente.
-Aaaahhh, que pedazo de pija, me vas a matar bestia.
-Dale puta divina, cabalgá a tu gusto que me estás matando vos a mí, yegua.
Sus palabras me hacían enloquecer y mis movimientos se volvieron frenéticos. Ambos nos observábamos en los espejos que ...
... rodeaban la habitación. En mi violento perreo, no pude contener mi segundo orgasmo. Mi hermoso culo saltaba sobre esa pija y mis glúteos se movían como gelatina. Me vine nuevamente y mi sensación orgásmica se hizo contínua. Yo no podía dejar de bombear pero él me levantó, haciendo zafar su pija. Me giró con mi espalda enfrentando su rostro e hizo que descendiera ensartada en su grandioso garrote. Yo movía mi pelvis enloqueciendo de goce y con ese estado orgásmico sin tregua.
-Ayyy, aaahhh, aaaucchhh, que rico, dame más, por favor, dame toda esa pijota hermosa. Ayyy mi vida, ahora quiero que me rompas el culo, por favor, destrozamelooo yaa, bestiaaa. -le pedí a gritos. Me la sacó chorreando mis jugos en sus bolas y me la apoyó en el agujero negro. Mi deseo de ser penetrada analmente por esa pija gigantesca era desesperante. Me mantuvo suspendida a horcajadas, y yo me tomé las dos nalgas con mis manos separándolas al máximo posible, ofreciéndole mi preciado huequito.
-Dale mi vida, violame, rompeme bien el ortooo. -Veía en el espejo que tenía frente a mí como me apoyaba ese botón en mi esfínter. Yo no soltaba mis nalgas que estaban abiertas estirando el agujero para dejar entrar esa cabezota. Cuando atravesó el anillo sentí como un tirón que me arrancó un grito ahogado.
-Aaaahhh -Aflojé mis piernas para descender y permitir que se deslizara en mi recto. En el espejo miraba como me iba entrando con pequeños movimientos hacia adelante y atrás que yo hacía. La punta me ...