Mi marido me dice que soy demasiado gritona y que todo el vecindario se entera cuando tenemos sexo en casa, por eso me lleva a estos lugares. A mí me encantan los telos porque los espejos, las luces y la música me predisponen para desatarme con toda mi furia. Esa tarde de un lunes, fin de semana largo, habíamos ido a un telo muy paquete que está alejado del centro de Mendoza.
Yo por supuesto acostumbro a llevar conmigo mis juguetes. Estuvimos casi hora y media. Torito abdicó en la primera media hora con el pene semi flácido a pesar que se lo chupé todo el tiempo. Para satisfacer mis ganas tuve que recurrir a mis aparatos, viendo una peli porno con esos tipos superdotados y exaltando mi ímpetu con el Fernet con coca, aunque creo que en lugar de apaciguarme fue para peor, me excité más. Luego nos duchamos y vestimos para irnos. Pero oh sorpresa, al subir al auto en la cochera del telo, mi esposo notó que el volante estaba duro. Se bajó y detectó el problema: una rueda sin aire. Comenzó a insultar a todos los santos y tomó el celular.
-Hay Torito quieres calmarte? Solo tienes que poner el gato y cambiar la rueda de auxilio -le dije.
-No, justamente no la tengo. La dejé para reparar en una gomería cerca de casa y olvidé pasar a retirarla.
-Uf, Arturo N, sos un gran pelotudo. -le dije con mucha bronca.
Volvimos a la habitación y llamó por el teléfono interno al encargado del telo, explicándole el contratiempo y que íbamos a tener que esperar la grúa del seguro unas ...
... 3 horas, según le dijeron. El encargado le dijo que a 100 metros había una gomería y que podría llevar la rueda caminando. Mi esposo le agradeció diciéndome que lo esperara, que tardaría a lo sumo media hora en volver. Era verano. El aire acondicionado no era suficiente para mantener neutralizada mi temperatura, que sonrojaba mis mejillas mientras veía una porno de tres tipos con una chica. Estaba sedienta, le pedí al encargado otro Fernet con coca. En eso suena mi celular, era Arturo. Le pregunté que necesitaba.
-Hoy es mi día D -me dijo-. El gomero hoy no trabaja porque tiene que hacer una compra en la ciudad. La suerte es que me dijo que puede llevarme en su auto hasta alguna gomería y luego me pasa a buscar para traerme hasta el telo, así que acepté y estamos al salir. Voy a tardar por lo menos hora u hora y media.
-Está bien Artur, no hay otra opción, creo. Yo me quedo aquí esperando y le explico al encargado. Suerte.
En ese momento escucho golpes en la puerta del servicio y la voz del encargado avisando que me dejaba la coca en la bandeja giratoria. Yo estaba viendo una película a full con un enorme consolador negro.
-Está bien señora? Si necesita algo más avíseme.
-Disculpe, me llamo Hilda y no sé su nombre. Quería pedirle un par de almohadas más para reclinarme y ver más cómoda la tele, si no es molestia. Mi esposo va a tardar más de lo previsto.
-Por supuesto señora, ahora se los acerco. -A los 5 minutos escuché golpear. Era el encargado.
-Señora ...