... mire a Jimena, ella también me había comentado que debíamos terminar, pero realmente quería a Ori, no podía hacerle eso. Jimena comenzó a hacer ejercicios de estiramiento, tratando de alcanzar el piso con las manos mientras estaba de pie, al hacerlo su pantalón de licra marcó su hermoso trasero. Un pequeño cosquilleo apareció en mi entrepierna.
—¡Oigan chicos! —gritó Gina desde la alberca.
Ambos volteamos y vimos a Gina haciéndonos señas para entrar.
—Vamos a jugar voleibol ¿no?
—Ah, vale —dije mirando a mi amigo y él me sonrió.
Fui por una pelota a la casa y ambos nos lanzamos al agua. Hombres contra mujeres, así íbamos a jugar. Al principio su ventaja numérica nos causó problemas, pero unos minutos después de empezar el partido, Gerardo se unió a nuestro equipo; para nuestra suerte Mishel decidió quedarse en una de las tumbonas a tomar el sol y leer un libro.
En una ocasión, Valeria sacó la pelota fuera de la piscina y me tocó ir por ella. En cuanto salí de la alberca, lo primero que vi fue a Jimena en cuatro, estirando y regresando su pierna. Era una posición un poco sugestiva para mi gusto, para mi mala (o buena) suerte, la pelota había caído cerca de ella. Cuando me agache por ella, Jimena se había levantado para comenzar a hacer sentadillas. Dios, parecía que el pantalón se le iba a reventar de lo apretado que estaba.
—¿No quieres jugar? —le pregunté con sincera amabilidad, aunque de nuevo el cosquilleo apareció.
—No, gracias. Debo terminar ...
... mi rutina —me dijo con una sonrisa y sin dejar de hacer sentadillas—. Quizá después, si aún siguen jugando.
—De acuerdo.
Regresé al agua y el frío me quitó la poca excitación que había sentido, pero lo que me hizo sentir escalofrío fue la mirada de Ori. Conocía esa mirada, la misma que me había dado cuando me mando a dormir al sillón.
Unos segundos después de que lanzara la pelota para seguir jugando, ella salió del agua y se metió a la casa, sin decir nada a nadie.
Por un momento quería ir tras ella, pero Gerardo me lanzó agua en la cara y trague un poco debido a la sorpresa.
—Despierta, que vamos perdiendo.
Más por inercia que por decisión, continúe jugando. Un poco después, Mishel se metió al ver que sus amigas iban perdiendo contra nosotros, pero aun con su ayuda, perdieron.
Algo cansados, salimos todos del agua, Jimena ya había ido a ducharse debido a que había terminado sudando del ejercicio. Valeria fue la primera en aprovechar para meterse también al baño para quitarse el cloro de la alberca. Mishel y Gerardo se fueron a bañar juntos, por lo que Gina, Alex y yo éramos los únicos que faltábamos. Nos quedamos los tres hablando un rato en la sala, pero yo estaba midiendo el tiempo. Suponía que Ori había ido a bañarse también y estaba midiendo cuanto se estaba tardando. Cuando considere que ya era suficiente, quise dejar a Gina y a Alex solos para que hablaran, esperando que mi amigo aprovechara para hacer algún movimiento con ella, pero Gina se me ...