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Secuestro consentido
Fecha: 02/10/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... no podría hacer nada. La señora descargó su cinturón con impulso sobre mi trasero azotándolo violentamente y dolorosamente. La azotaina con el paso de los minutos se convirtió en un verdadero calvario, tenía el culo completamente dolorido y cada azote era peor que el anterior. La señora hacía una pequeña pausa entre azote y azote para descargarlo airadamente contra mi piel sin ningún tipo de piedad. El tiempo transcurría lentamente y no cesaba de azotarme una y otra vez, mi calvario se convirtió en una verdadera pesadilla, mi culo me ardía por completo y mi raptora no cesaba en su empeño. Levantaba su brazo y me azotaba duramente contra mi culo resonando el chasquido en toda la habitación. La señora comenzó a reírse al observar mi sufrimiento: -¡¡ Ya estas lloriqueando¡¡¡ observando mis ojos humedecidos . - Esto no ha hecho nada más que empezar, cuando acabe contigo no podrás sentarte en varias semanas, te acordaras de mi cada día- . Levanto de nuevo su cinturón y continuo azotándome una y otra vez sin cesar. Estuvo azotándome mas de una hora , no tenía ninguna prisa o circunstancia que se lo impidiese , podría hacerlo cuanto quisiera . Apenas había pasado más de una hora pero para mí había sido como diez años. Tal como predijo no podría sentarme en una buena temporada. Mi raptora contemplo orgullosa el castigo que me había infringido y volvió a salir de la habitación dejándome allí encerrado y dolorido. Regreso transcurrido una hora aproximadamente. Llevaba ...
... algo en sus manos, parecía un cuenco de perro y unas latas de comida de algo que no podía apreciar en un principio hasta que me fije detenidamente y había una foto de un perro sobre la lata. ¡¡¡ Era comida de perro ¡¡, mas en concretamente una especie de carne jugosa para perros. Quede completamente asustado sin saber que pretendía pero intuía que era mi ración de comida. - Hora de comer - Me dijo mi dueña mientras dejaba el cuenco de perro en el suelo . Se dirigió a un extremo del sótano y esta vez agarro unos guantes de goma domésticos de los de fregar los platos. Se los enfundó en sus manos y comenzó a verter la lata sobre el cuenco de perro. Era una especie de foie de perro. Era una masa espesa de color marrón y aspecto repugnante. Metió sus manos enfundadas en los guantes de goma sobre el cuenco y comenzó a triturar la masa pegajosa con sus manos . Se quedó pensativa y para mi sorpresa se puso en cuclillas sobre el cuenco y comenzó a orinal sobre él y la comida de perro. - Te dije que comerías lo que a mí me diese la gana y bien claro te deje que si no te obligaría. Ahora seras un buen perro y te comerás todo . Te comerás primero una lata y luego la otra sin rechistar - . Mi raptora me quito la mordaza, despegó la cina americana alrededor de mi boca y cabeza y sacó sus bragas sucias de mi boca. Respiré aliviado el aire fresco. - Si escucho una sola palabra, vuelvo a amordazarte y agarro de nuevo el cinturón y te prometo que estaré azotándote hasta que transcurran ...