1. Un aperitivo


    Fecha: 18/09/2022, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... lengua como el desierto del Sahara. Estoy sedienta después de ese paseo al sol y no me vendría mal un trago.
    
    Voy a la cocina, cojo dos cervezas con limón y agito la suya mientras regreso al salón. Me tiro en el sofá a su lado y se la tiendo. Debe haber supuesto lo que he hecho con la lata o algo, porque la deja sobre la mesa y vuelve a centrarse en la televisión. Está jugando al Fortnite, el nuevo shooter de moda.
    
    —Esta es la última partida, tíos, que tengo visita —dice, hablando con sus amigos por llamada.
    
    Abro mi lata y le doy un trago a mi cerveza, arrepintiéndome de haber quedado con semejante tipo, pero entonces se me ocurre una idea divertida.
    
    Le quito un casco de la oreja y le susurro:
    
    —Podemos follar mientras juegas, pero no les cuelgues.
    
    Él sonríe y asiente.
    
    —Tíos, cambio de planes. Me quedo por aquí.
    
    No escucho lo que le responden, pero él se ríe como el idiota que es.
    
    Le doy otro trago a mi cerveza y le contemplo mientras juega y habla con sus amigos. Desvío la mirada a la pantalla. No es malo jugando, creo. No estoy segura. A mi ese tipo de juegos me aburren. No tardo en volver a concentrarme en él. ¿Quizá ha engordado desde la última vez que quedamos, hace casi un año?
    
    Víctor no es lo que se suele decir un tipo muy atractivo, pero por suerte su físico no es tan repulsivo como su personalidad. Tiene 24 años, dos más que yo. Tiene el pelo rubio y rizado. Ahora le ha dado por dejárselo largo y llevarlo atado en una coleta y la verdad ...
    ... es que no le queda nada mal. Es de mi estatura, bajito para mi gusto, y algo rechoncho. Tiene una barriga perenne, aunque va al gimnasio. Sin embargo, los rasgos de su cara son atractivos. Esos ojos claros, esa naricilla bien proporcionada, esos labios que dan los mejores besos que he saboreado en mi vida hasta el momento…
    
    Le doy otro par de tragos a la cerveza mientras con la otra mano comienzo a acariciarle la entrepierna por encima de los pantalones cortos que lleva. Son muy finos y noto como su polla se va poniendo dura contra mi mano. Incluso siento, a través de la tela, el calor que emana de ella. Su polla es enorme, de las más grandes que he visto y eso, quieras que no, me da un morbazo… Aunque luego comértela sea una tortura y follartela, en ocasiones, todavía más. Bueno, matizo: follarte esa polla es una tortura dolorosamente deliciosa.
    
    —Oye, me abres la cerveza —dice. Al muy creído ni siquiera se le nota en la voz que esté cachondo.
    
    Abro su cerveza a regañadientes. Estaba a punto de sacarle la polla de los pantalones y hacerle una paja mientras jugaba con sus amigos, maldita sea.
    
    Un chorro de espumosa cerveza sale de la lata y moja un poco mi camiseta antes de que consiga apartarla
    
    — ¡Eh, cuidado con el sofá! —se queja. Y tengo ganas de darle un puñetazo. Estaba tan concentrada en su polla que olvidé lo que había hecho con la lata.
    
    —Maldita sea —gruño, levantándome del sofá y dejando la lata goteante sobre la mesa.
    
    —El karma —me responde él, ...