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Salgo de fiesta con mi mejor amiga
Fecha: 17/09/2022, Categorías: Bisexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... aquel glande entre mis labios y haciendo el vacío en mi boca para darle bien de gusto. —Joder, esta zorra va a hacer que me corra —soltó Juan mientras me agarraba de la cabeza con ambas manos. Empezó a mover las caderas, dándome pollazos en el cielo de la boca mientras notaba que su polla se ponía aún más dura si cabe. Entonces se empezó a correr en mi boca. Note un chorro de lefa caliente y salada golpearme por dentro de la boca. Luego otro, y luego otro más. La leche de aquel hombre no paraba de brotar como una fuente dentro de mí. A los pocos segundos tenía la boca llena de semen y aun así seguía brotando. Quise apartarme pero Juan me tenía bien agarrado y su enorme polla me hacía tapón en la boca. Al finar entre arcadas y toses parte de la leche bajo por mi garganta y parte salió despedida por mi nariz. Cuando por fin me soltó la cabeza me eché hacía atrás sacándome aquel rabo de la boca, y aun tosiendo. Debía ofrecer un aspecto de lo más humillante: la cara roja, con leche de hombre rebosándome por los labios y saliéndome hasta de la nariz. —¡Qué pinta de chupapollas tienes, cariño! —dijo Carol. Y a continuación empezó a darme lametones en la cara, dando buena cuenta de la leche de Juan para no desperdiciar nada. Se la notaba que estaba muy cachonda, fui a llevar mis manos a su entrepierna para aliviarla un poco. Ahí estaba aquel tatuaje con forma de corazón que tanto había deseado ver, y tocar. Pero según empecé a rozarla su coñito con mis dedos me ...
... detuvo: —No, con tus dedos de mariquita ahora no me basta. Necesito un hombre de verdad. Dicho esto se levantó y se lanzó a los labios de Marcos. Se fundieron en un apasionado beso mientras sus cuerpos de abrazaban. La polla aun erecta de Marcos se alojó entre los muslos de mi amiga, rozando su pubis, lo cual provocó gemidos de placer en ambos. Carol no podía esperar más, empujó a Marcos hacia el sillón y le hizo sentarse en él. Después se dio la vuelta y se montó sobre Marcos. En esa postura Carol estaba dándome la cara, y yo veía como el pedazo de polla de aquel hombre sobresalía delante de la entrepierna de mi amiga hasta llegarle al ombligo; aquel rabo la iba a partir en dos. —Ven aquí —me indicó Carol—. Agárrale bien la polla y asegúrate de apuntar bien. Sabía lo que quería. Agarré la polla dura de Marcos con mi mano mientras Carol elevaba sus caderas apoyándose en los muslos de aquel hombre. Cuando estuvo a la altura apropiada apunté la cabeza de aquella polla hacía la vagina de la chica de mis sueños, y observe como aquel enorme glande empezaba a dilatar sus labios vaginales mientras Carol se empalaba a sí misma en aquel hombre. —¡Oh, sí, joder! Ábreme el coño —gritaba Carol fuera de control mientras aquella polla la penetraba centímetro a centímetro —. ¡Qué polla gorda más buena! Poco a poco Carol se dejó caer hasta que solo los huevos de Marcos quedaron fuera. Carol gemía de placer. —Haz algo útil y cómele los huevos a mi hombre —me ordenó Carol. Yo ...